miércoles, 8 de agosto de 2012

Todos o algunos




Hay dos maneras de contar lo que uno ve que pasa cuando mira por la ventana. Una, la normal, que es decir, algunos son buena gente, algunos son corruptos, algunos están dormidos, algunos son unos golfos, etc. Otra, la que usan los fascistas, los discriminadores, los interesados en anular a los que no son como ellos, que consiste en generalizar los males y favorecer así la aparición de un iluminado que lo empeore todo: todos son iguales. Todos son corruptos, todos los políticos son iguales, todos los hombres son iguales, todas las mujeres son iguales, todos los catalanes son..., todos los españoles son...

Deberíamos acostumbrarnos, y yo el primero, a ser más concisos, más concretos y más justos y evitar la aborrecible y simplona manía de generalizar.

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