jueves, 1 de marzo de 2012

Belleza




La belleza aparece en tu vida cuando quiere, ajena a la necesidad que puedas sentir de ella. Es potente y pertinaz para arrastrarnos, para secuestrarnos la voluntad y el contenido de nuestros pensamientos, pero es efímera como ella sola. Te reconforta, te hace amigo de la vida, te alegra la existencia mientras está presente, expulsa hacia el olvido toda la negatividad que llevas almacenada y que vas arrastrando por la existencia y puede que llegue hasta a instalarse en tu mente como una obsesión. En cualquiera de las variadas formas que tiene de manifestarse, es la aliada más perfecta del placer

En realidad, la belleza no existe. Sólo existen personas, cosas, situaciones o ideas que a unos les parecen bellas y a otros, no. Pero, para no existir, tiene un poderío temible y, a la vez, deseado.

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