Miles de fantasmas rondan por Vrindaban. Mujeres vestidas en su mayoría de blanco, sin zapatos y rapadas. Viejecitas encorvadas con los ojos cubiertos por cataratas, pero también jóvenes, en algunos casos con hijos. Su marido murió, y con él perdieron su lugar en la sociedad. Se refugian y deambulan por esta ciudad, al norte de India, una de las más sagradas porque aquí creció el juguetón dios Krishna.
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qué impotencia!
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