Barbès, el barrio árabe de París por excelencia ya no es lo que era. No es mejor ni peor que hace años: es otra cosa. Pero su Orquesta Nacional sí mantiene el tipo de lo que fue. La ONB, paradigma de grupo con vocación transcultural y del fenómeno musical surgido en los arrabales de las grandes ciudades francesas, nació en 1995 de la unión de músicos magrebíes y galos. Con Yousef Boukella como líder, grabó tres discos y ha tardado ocho años en editar el cuarto: este Alik en el que engarza lo norteafricano con el merengue, entra en terrenos subsaharianos de soukous, se enreda con el rock primigenio y relee a los Stones con pulsación gnawa. O sea, una vuelta de tuerca más, con saludable actitud punk, a una excitante pachanga situada en las antípodas de la de Manu Chao. Amén.
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