jueves, 4 de marzo de 2010

La lideresa


Con el disfraz puesto soy modosita. Parezco educada. Ejerzo de lideresa. Tengo una imagen cuidada. Soy capaz de resultar atractiva, pero sin afectar a la dimensión sexual de los hombres, sino a sus deseos de poder, en donde sé que ven en mí una aliada. A los que no quieren poder, sino seguridad, les explico bien lo que quieren saber, sin que se den cuenta, ni por asomo, de que no es eso lo que necesitarían saber. Soy la eterna servidora de todos.

Pero sin el disfraz soy otra. Diría que soy yo, sin necesidad de depender de la opinión de esa chusma deseosa de poder, de dinero o de nada. Me pillan a veces diciendo tacos, pero ¿qué sabrán ellos de lo que quema y agota ejercer el poder? Se asustan cuando llamo hijoputa al que es un verdadero hijoputa. ¿Saben ellos lo que es aguantar un día y otro a esta peste de aspirantes sin clase, sólo con verborrea, y capaces de dialogar hasta con el enemigo? Se escandalizan cuando veo una de esas estatuas modernas que se empeñan en poner en las rotondas y digo que es una puta mierda. No se dan cuenta de lo malo y lo estúpido que es lo moderno. No saben nada de nada.

Y lo peor de todo es no poder quitarme el disfraz, los disfraces de cada día. Necesito que siga siendo carnaval para poder disfrazarme de mí misma y poder seguir llamando hijoputa al que me pete y seguir diciendo que el arte moderno es una puta mierda y volver a poner cuando me dé la gana en situaciones difíciles a los alcaldes deseosos de que los siga poniendo en las listas. No quiero más disfraces. Viva el carnaval.

.

2 comentarios:

  1. Veo que te gusta tanto como a mí.Creo que la repulsión que despierta va más allá de las diferencias idelógicas, es su tono, sus maneras chabacanas y, sobre todo, el daño que está haciendo a lo público. Pero me temo que la tendremos ahí muuuucho tiempo.

    ResponderEliminar
  2. Creo que lo que une a dos personas es la puesta en práctica de conductas que se puedan llamar humanas, que puedan generalizarse. Lo que nos separa es el golferío, la locura, la estupidez, el individualismo, la chulería, la falta de humanidad.
    Hay un espejismo en esto: los golfos también se unen. Pero lo hacen sólo transitoriamente, mientras les interesa. En cuanto decae el interés o prevalece el interés de uno de ellos, entran en guerra y se separan.
    Habría que quitarse de encima la mueca del asco que produce esta gente.

    ResponderEliminar

Puedes expresar aquí tu opinión.