sábado, 10 de octubre de 2009

¿Obedecer?


- Imaginaos que entra un niño pequeño con la intención de meter los dedos en el enchufe. Lógicamente, yo le digo que no los meta, que eso no se hace porque se va a hacer daño. ¿No me debería obedecer?

La respuesta no fue unánime. Salvo una minoría que dijo que sí, el resto se decantó por cosas tales como “Lo hará si quiere”, “Que haga lo que quiera”, “¿Y por qué te iba a tener que obedecer?” “¿Y si nadie le ha dicho que tiene que obedecer?”…

No creo que sea sólo cosa de la edad. Si con 14 años razonan así, mal están las cosas. Y realmente están mal. No tienen ni idea de la necesidad de una obediencia racional, esto es, no son conscientes de que tienen que obedecer y, además, de que tienen que saber por qué deben obedecer. Hay unas cuantas generaciones que pertenecen a la clase bruta. Me refiero a las de los padres de estos alumnos, claro.

Les expliqué que cuanto tengan hijos, deben decirles lo que tienen que hacer y acostumbrarles a que sepan por qué deben hacerlo. Es la única manera de que se vayan haciendo seres humanos y de que vayan abandonando la animalidad inicial.

- Entonces, ¿también debemos obedecerte a ti? Y ¿por qué?

La pregunta creo que indicaba que algo habían entendido. Pero con la distancia me parece que el que un alumno le pregunte eso a su profesor es para que nos pongamos a pensar de dónde venimos, a dónde vamos a ir a parar y dónde y con quién estamos.

A ver si llegan pronto las tarimas, palabra que ¡qué casualidad! encierra dentro de sí esta otra: trama.

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3 comentarios:

  1. Bueno, me gustaría empezar diciendo que a mí personalmente la palabra obedecer no me gusta nada. Quizás porque mi padre me obligaba a hacerles las camas a mis hermanos mayores y me decía que le tenía que obedecer (en eso y en muchas otras cosas) he creado una aversión y un escepticismo a todo lo que implique obedecer, respetar, y otros términos por el estilo.
    Yo creo que el niño obedecerá en la medida en que confíe en el adulto y según las habilidades que tengamos nosotros para hacerle interiorizar que lo que le estás diciendo es bueno para él, o para nosotros, o que es justo, o que tiene un sentido lógico, etc.
    Es decir, opino que tenemos que enseñar a los niños valores y empatía, y en las cosas prácticas, mejor que decirles que obedezcan, hacerles sentirlas y experimentar, para que ellos sepan de primera mano por qué deben o no deben hacerlas.
    Yo por ejemplo, en el caso del enchufe, tengo previsto para con mi hija, comprar una pila de petaca y hacerle sentir la corriente eléctrica en su propio cuerpo, para que se haga una idea de lo que le puede pasar si mete los dedos en el enchufe...

    Pero sobre todo, lo que quiero decir es que creo que no "SE DEBE OBEDECER" sino que se obedece o no según la orden que nos den y sobre todo, según si la persona que nos de la orden lo merezca y merezca nuestra confianza.

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  2. Paloma. Si ves que no te contesto, dímelo. Me gustaría decir algo. Un beso.

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  3. Eeeeeeeeeh! Te recuerdo que te gustaría decir algo... ;-P

    a ver si encuentras un ratito

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