He intentado despojarme de la gente molesta que me rodeaba y que alteraba sin sentido mi vida,
de los tontos que no paraban de incordiar y de destrozar todo lo que se encontraban,
de los golfos que andaban buscando sus prebendas sin aportar nada a nadie,
de los catedráticos especialistas en saber nada sobre todo, que llenaban con palabras su saco pleno de ignorancia,
de los que hablaban sin decir nunca nada,
de los que abusaban sin piedad del tiempo que les ofrecías,
de los del ego maltrecho que secuestraban mi tiempo para realizarse a mi costa sin lograr realizarse nunca del todo,
de los que pretendían gobernar mi voluntad porque se lo pedían sus apetitos,
de los que aspiraban a extender sus dominios a los míos,
de los que preferían creer a saber,
de los que mentían habitualmente como método de andar por la vida relacionándose con los demás,
de los que decían algo distinto de lo que pensaban y hacían algo distinto de lo que decían, sin que coincidiera con lo que pensaban,
de los que hablaban y no escuchaban nunca,
de los que decían que las cosas eran muy sencillas,
de los gilipollas instalados sin remedio en su gilipollez,
incluso he intentado despojarme de una parte de mí mismo.
Ya, por fin, estoy casi solo.
Sólo que yo no pretendía estar solo.
.
Mejor solo que mal acompañado ¿no? Aunque de todo se puede aprender...
ResponderEliminarSoy Elena, tengo que entrar más a menudo pero últimamente ando un poco desconectada. Espero que todo vaya bien. Un beso
Y por cierto, Feliz Navidad!
Es lo que tiene la vida, que son tan pocas las cosas buenas, que cuando te desaces de las malas, parece que tu vida se haya terminado.
ResponderEliminarPero es mejor estar sólo y aprender de la vida a estar acompañado y destrozartela...
FELIZ NAVIDAD! UN BESOTEEEE!
No estás solo, yo estoy contigo, porque también me he despojado para engancharme a gente como tú: sensible y humano.
ResponderEliminarGracias, Eva. Un beso.
ResponderEliminar