¿Hacia dónde miramos? ¿Hacia la
realidad o hacia otro lado? ¿Hacia donde quieren ellos o hacia donde
deberíamos mirar? ¿Miramos sólo lo agradable? ¿Huimos con la
mirada de lo que no queremos ver? ¿Tenemos mirada de valientes o de
cobardes? ¿Miramos lo que nos presentan como 'actualidad' o lo que
es realmente importante? ¿Nos olvidamos pronto de lo que vemos? La
mirada es la puerta de la mente, que se abre para entender. Si no
miramos, no entendemos. Y si no entendemos, estamos de nuevo en las
manos de los listos codiciosos de siempre. Es muy difícil mirar
bien, pero hay que intentarlo. Y no hay que olvidar que también
deberíamos mirar para el interior de nosotros mismos. Hay mucho que
ver ahí.
Ahí, dentro de nosotros mismos, junto
a las miserias propias de cada cual, tenemos un tesoro. Ahí están
los mejores valores en los que creemos. Ahí están las ganas de
crear un mundo lleno de cariño, un mundo distinto a este en el que
estamos, en donde lo normal fuera la sonrisa, la generosidad, la
solidaridad, el gozo, los abrazos, los besos y la alegría. Nada
mejor que encarar el sueño imaginándonos un mundo así y abriendo a
tope el grifo del cariño para que salgan de él con fuerza los
amores y para que de sus vapores se eleve esa nube milagrosa que
llegará a todas las personas a las que queremos. Buenas noches.