El problema fundamental de la vida es un problema ético.
¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano?
¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Hay ocasiones en las que, al hablar,
junto a la belleza indudable del cuerpo, va apareciendo, sin que la
llamemos, la fealdad del alma, la degradación de la mente, la vejez
de cualquier pensamiento. Entonces toda aquella belleza se
resquebraja, el encanto se diluye y comenzamos a dar vitalmente
marcha atrás sobre sus escombros.
Las siete bellas artes son: la
arquitectura, la escultura, la pintura, la música, la literatura, en
donde se incluye la poesía y el teatro, la danza y el cine.
Si cada
día entras en contacto con alguna de ellas, tu vida te lo
agradecerá.
Hay poderes establecidos y poderes
fácticos. Tanto poder tienen un presidente de algún gobierno como
un pirómano avispado, un conductor estúpido o un niñato maleducado
con algún artefacto en las manos o en los pies. Poco a poco tu
mundo, mi mundo y el mundo van quedando en manos de quienes tienen
estos poderes. Todos parecen tener en común un descarado interés
por destrozar cualquier mundo. Hay que vivir cada instante con la
mayor intensidad posible, como si fuera el último antes de que
sobrevenga inesperadamente una decisión de alguien con algún tipo
de poder.