No se puede amar sin romper la muralla
del individualismo.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
viernes, 8 de marzo de 2013
Día de la mujer. Hay que eliminar los géneros
El machismo, fiel a su interés de
dominación y explotación, se ha empeñado siempre en dividir a las
personas según su sexo y en asociarles unas funciones sociales
determinadas a cada uno de los grupos resultantes. Surgieron así el
género masculino, que aglutinaba los valores considerados
superiores, como la capacidad de mandar, la fuerza, el ostentar la
representación de la familia y la toma de decisiones. Su ámbito era
y es el de lo público y teóricamente es el que racionaliza la
realidad y está preparado para enfrentarse a las situaciones más
difíciles. A su lado, el género femenino, el que según los
machistas es propio de las mujeres, es el mundo de lo emocional, de
los sentimientos, de lo privado -en donde no tiene por qué haber
publicidad de lo que en él ocurra-, de la docilidad, la comprensión,
la dulzura y la obediencia. El machista entiende que el hombre
razone, pero duda de que la mujer pueda hacerlo con eficacia. En
cambio, las cuestiones sentimentales son cosas de mujeres, que saben
expresar bien el cariño y que son capaces de llorar con facilidad,
cosa que los hombres no deben hacer nunca.
La vida, así, se convierte en una obra
de teatro con dos grandes papeles que representar: el de los hombres
y el de las mujeres. Desde pequeños, los machistas acostumbrarán a
los niños a que vayan conociendo y adoptando el papel que
desempeñarán en el futuro, con vestimentas y juguetes adecuados, y
a las niñas igual, pero con vestidos y juguetes bien distintos, más
cercanos a su género. Así hemos sido educados casi todos.
Lo que yo defiendo y lo que he
pretendido siempre y sigo pretendiendo es hacer saltar esta absurda
dicotomía, que lo único que hace es explotar a las mujeres y que
impide que surja un mundo igualitario, agradable de vivir y en el que
pueda crecer la semilla de una humanidad justa. Esto hay que lograrlo
en la sociedad, pero también en lo personal. Los valores del género
masculino son buenos, así que hay que integrarlos en la propia
persona. Pero los del género femenino, también, por eso hay que
integrarlos igualmente. ¿Por qué un hombre no puede ser
comprensivo? ¿Por qué un hombre no va a poder ser dulce, y cariñoso
y dócil, si es conveniente serlo, y obediente, si es lo que procede
ser? ¿Por qué el hombre no va a participar trabajando también en
el ámbito de lo privado? ¿Por qué no va a poder planchar, y coser
y cocinar? ¿Por qué no va a poder llorar? ¿Por qué la mujer no va
a poder mandar, razonar, dirigir, opinar y hacer exactamente lo mismo
que haga el hombre?
Creo que en nuestras propias vidas,
tengamos la edad que tengamos, y en la educación que podamos aportar
a los demás, hay que romper estos esquemas tan interesados y
centrarse en que somos seres humanos, todos con los mismos derechos,
todos insertos en un mundo de igualdad. Y los valores y los derechos
que tengamos en ese mundo no deben ser considerados ni masculinos ni
femeninos, sino humanos. Los criterios sexistas y de género lo único
que producen es injusticias e infelicidad.
Textículos. 2
((Versículo es a verso lo que textículo a texto))
En una rueda de prensa
Cospedal se hizo un buen lío.
Ya lo había dicho Rajoy:
No hay que decir ni pío.
Día de la mujer 2013
El 8 de marzo seguimos celebrando -no
sólo en clave festiva, sino también, lamentablemente, aún
reivindicativa-, el Día Internacional de la Mujer.
Creo que deben ser, al menos, dos los
objetivos de este día: crear conciencia entre los hombres y las
mujeres del machismo que está incrustado en las estructuras de la
sociedad y, segundo, cambiar estas estructuras para que la situación
de discriminación, tantas veces grave, que viven las mujeres
desaparezca.
A lo largo de la historia de la
humanidad posiblemente el descubrimiento de mayor trascendencia e
importancia que se haya realizado es el del que podemos denominar
Principio de Igualdad que, como ya han hecho otros,
podríamos expresar diciendo: Todos diferentes, pero iguales.
A estas alturas sólo cabe explicarse
por una ignorancia grande o por una mala voluntad injustificable que
haya personas para las que las diferencias físicas o de pensamiento
sean más importantes que la igualdad de derechos que deben poder
gozar todos los seres humanos, sea cual sea su sexo.
Es evidente que todos somos diferentes:
en el sexo, en el color de la piel, en el color de los ojos, en la
orientación sexual, en el lugar de nacimiento, en la manera de
pensar, en los gustos y en casi todo. Pero junto a esto, ningún ser
humano debe olvidar que todos somos iguales, que todos somos
personas, ciudadanos y que todos tenemos los mismos derechos. No
admitir esto a las alturas que estamos de la evolución de la
humanidad es autoproclamarse como de bajo desarrollo mental y vital.
Son muchos los intereses que animan a
los machistas a seguir creyendo -e intentar hacer creer- que los
hombres son superiores a las mujeres y que en la sociedad lo
masculino debe ser más importante y debe prevalecer sobre lo
femenino. Quieren poder dominar a las mujeres, convertirlas en seres
obedientes, en sumisas suministradoras de placer, en mano de obra
barata en casa, en objetos bellos y en seres que nunca sobresaldrán
por encima de las cualidades de los hombres. El machista busca el
imperio de lo masculino a costa de la igualdad.
Por eso, desde los puntos de vista
ético, educativo, político, laboral, económico, social, familiar y
cualquier otro que podamos concebir, el gran objetivo a conseguir, el
gran valor a realizar debe ser el de lograr la igualdad de derechos
entre todos los seres humanos. La sociedad no cambiará, ni para las
mujeres ni para nadie, mientras que las igualdades concretas y reales
no sean las que inspiren la organización de la sociedad.
jueves, 7 de marzo de 2013
Amor 85
Cuando se descubre cómo es en realidad
la persona amada, puede que el amor se desborde o que, por el
contrario, se convierta en una huella agridulce dispuesta a hibernar.
Textículos 1
((Versículo es a verso lo que textículo a texto))
Por
los pasillos del mundo
corre un olor a podrido.
Algo se está
corrompiendo,
si no está ya corrompido.
Buenos días. Soledad
Hay una soledad impuesta, que te viene
de fuera y para la que a corto plazo no solemos encontrar remedio.
Pero hay otra soledad elegida, fruto de una decisión vital, como si
la senda existencial elegida necesitara, al menos de vez en cuando,
un refugio con la mente lejos del ruido mundano.
Esta soledad elegida suele venir
acompañada del silencio interior. Es como si en la mente creciera un
espacio vacío en forma de patio interior coronado por una altísima
cúpula en el que fueran apareciendo, no se sabe muy bien cómo,
ideas construidas con la razón en colaboración con los más
variados sentimientos y emociones.
Pero no sólo son ideas las que
aparecen en esa soledad silente. También van apareciendo las
personas. La vivacidad con la que aparecen en la soledad los otros es
a veces proporcional a la emoción que sentimos por ellos.
La mejor manera de salir al mundo es
después de pasar a menudo por uno de esos momento, ratos o días de
soledad elegida.
miércoles, 6 de marzo de 2013
Suscribirse a:
Entradas (Atom)