Estoy haciendo hoy un curso de cocina.
Hacer la comida es hacer el amor. Entiéndelo: el amor no existe en
sí mismo, hay que construirlo, hay que hacerlo, hay que amar cada
día y en cada momento. Y el ingrediente que no puede faltar en la
cocina es el amor, porque si cocinas con cuidado, dándole el tiempo
necesario (que es, en el fondo, el tiempo de quien cocina, tu
tiempo), intentando que quienes coman lo que haces pasen un buen
rato, haciéndolo por ellos y procurando que el objetivo último sea
el placer del comensal, entonces estás construyendo el amor,
estás amando. Hoy pondré la técnica culinaria al servicio del
amor. Así que en esta ocasión te dejo esto aquí en la nevera. Sólo
hay que calentarlo un poco con el cariño que sé que tienes y
añadirle una buena nube de besos y abrazos para que quede listo y
puedas dormir bien. Buenas noches.