lunes, 8 de marzo de 2010

Día Internacional de la Mujer


Hoy es el Día Internacional de la Mujer. Es un día necesario porque todavía desgraciadamente hay que recordar que muchas mujeres no son tratadas en nuestro mundo como seres humanos, como lo que son. Desde hace mucho tiempo, la sociedad está organizada por los hombres y para los hombres. Las mujeres han empezado a reaccionar cada vez con más fuerza, intentando que las discriminaciones que sufren en todos los aspectos sociales sean anuladas. El camino es difícil, porque no se trata sólo de remover las conciencias de los hombres, sino también de muchas mujeres que admiten como normal un machismo que tienen asumido sin criticarlo. Ojalá llegue el día en el que no sea necesario celebrar el Día de la Mujer, sino el de los seres humanos. Mientras tanto, más que desearles a las mujeres muchas felicidades, prefiero desearles muchas igualdades. Son las metas que hay que ir consiguiendo.






domingo, 7 de marzo de 2010


¿A qué responde la negación continua, el insistente poner pegas a cualquier propuesta, el pertinaz ofrecimiento de alternativas a cualquier solución?
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viernes, 5 de marzo de 2010

El tercer hombre


Si te vas a la guerra con las gafas de cerca, es posible que confundas al adversario con el amigo que crees que se ha equivocado. Intentarás, entonces, acabar con él, porque a la guerra se va a acabar con el otro.

Pero si te vas con las gafas de lejos, además de ver al amigo equivocado, tendrás en cuenta también las consecuencias de su derrota y entonces es posible que comprendas que tu victoria a quien realmente beneficia es al tercero, al verdadero adversario, a tu adversario y al que lo es también de aquél a quien has derrotado. Quizás te des cuenta de que es a él a quien le has hecho el juego y con el que has colaborado en la lucha, aunque no te hayas dado cuenta. Hay veces que por no mancharse uno los zapatos de agua, camina por el fango que hay alrededor del charco y terminas ensuciándote más.

jueves, 4 de marzo de 2010

La lideresa


Con el disfraz puesto soy modosita. Parezco educada. Ejerzo de lideresa. Tengo una imagen cuidada. Soy capaz de resultar atractiva, pero sin afectar a la dimensión sexual de los hombres, sino a sus deseos de poder, en donde sé que ven en mí una aliada. A los que no quieren poder, sino seguridad, les explico bien lo que quieren saber, sin que se den cuenta, ni por asomo, de que no es eso lo que necesitarían saber. Soy la eterna servidora de todos.

Pero sin el disfraz soy otra. Diría que soy yo, sin necesidad de depender de la opinión de esa chusma deseosa de poder, de dinero o de nada. Me pillan a veces diciendo tacos, pero ¿qué sabrán ellos de lo que quema y agota ejercer el poder? Se asustan cuando llamo hijoputa al que es un verdadero hijoputa. ¿Saben ellos lo que es aguantar un día y otro a esta peste de aspirantes sin clase, sólo con verborrea, y capaces de dialogar hasta con el enemigo? Se escandalizan cuando veo una de esas estatuas modernas que se empeñan en poner en las rotondas y digo que es una puta mierda. No se dan cuenta de lo malo y lo estúpido que es lo moderno. No saben nada de nada.

Y lo peor de todo es no poder quitarme el disfraz, los disfraces de cada día. Necesito que siga siendo carnaval para poder disfrazarme de mí misma y poder seguir llamando hijoputa al que me pete y seguir diciendo que el arte moderno es una puta mierda y volver a poner cuando me dé la gana en situaciones difíciles a los alcaldes deseosos de que los siga poniendo en las listas. No quiero más disfraces. Viva el carnaval.

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miércoles, 3 de marzo de 2010

Metáfora


En el fondo, tu destino, como el de todos, es convertirte en una metáfora de algo. Pero no serás una metáfora de lo que tú quieras ser, sino de lo que quiera la gente, de lo que la gente vea en ti. Porque tú no eres el dueño de tu imagen.

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domingo, 28 de febrero de 2010

Flores




Me disfrazo en Carnaval de lo que sea, de lo que diga Mercedes, que es la que diseña la jugada. Salgo a la calle con los ojos expectantes a gozar del espectáculo de la espontaneidad, de la creatividad, de la originalidad.

La gente en Carnaval es ella misma. Va disfrazada de personajes imposibles y ha dejado en casa los disfraces habituales, los de todos los días, y con ellos las costumbres secas, manidas, alejadas de la vida. Van disfrazados de otra cosa, pero, en realidad, van desnudos. Van tal como son. Son como son en Carnaval y tapan sus cuerpos con disfraces para crear el espectáculo, pero el alma la llevan desnuda.

Yo, que tiendo a ser tímido y callado, me suelto en Carnaval y hablo con los desconocidos. Les digo algo sugerente y contestan con gracia. Les regalo flores hechas con papel y les miro a los ojos y disfruto con la expresión de sorpresa y de placer de alguien a quien un desconocido le regala algo. A veces nos besamos, a veces sonreímos, a veces nos deseamos lo mejor. Siempre nos comportamos con una humanidad emocionante.

Pero este año me han rechazado dos flores dos personas a las que se las estaba regalando. No me había pasado nunca. Espero que fuera la lluvia y que algo no se esté poniendo peor de lo que está.

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