Otra táctica, compatible con la anterior, consiste en defender que no se dispone de los medios adecuados para conseguir ninguno de los fines que se vayan proponiendo. El fin podrá ser necesario y conveniente, pero, consista en lo que consista, nunca existirán los medios idóneos y fallarán todos los procedimientos disponibles. La diferencia con el modelo anterior está en que en aquél lo que fallaban eran las personas, que eran todas inútiles. Aquí lo que no sirven son los medios. Aunque en realidad esto no sea así y aunque haya personas que se lo hagan ver así al golfo, la duda y la posibilidad de no hacer nada habrá cosechado ya partidarios y el golfo muy probablemente se habrá salido con la suya.
Imagínese al entrenador de fútbol del ejemplo anterior poniendo como excusa que el césped está en un pésimo estado y que así no se puede trabajar, o a un cocinero argumentando que con esas cocinas no se puede hacer nada interesante, y habrá obtenido ejemplos de este modelo de golfo.