jueves, 28 de agosto de 2008

El Guerra / 3

Una vez dentro, encendí la luz y me encontré con un espejo en el que había pegados una retahíla de mensajes y de advertencias relativos a lo que se venía a hacer allí.

Hay que tener en cuenta, para comprender lo que se ve en este Bar de El Guerra, que todo en él está empapado de Carnaval y del espíritu de las chirigotas de Cádiz. Por tanto, nada de lo que se ve aquí va en serio, sino que está pasado por el tamiz, más grueso o más fino, de la guasa.

Por ejemplo, allí rezaba lo siguiente:

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miércoles, 27 de agosto de 2008

Nudismo en la ciudad


El nudismo en las calles de San Sebastián abre el debate

Algunos nudistas han trasladado sus desnudos de las playas a la vía pública; el PP busca alternativas para endurecer las normas de la Ordenanza de Civismo

CADENASER.COM 27-08-2008

¿Se imaginan cruzarse en plena calle con un vecino o un desconocido que vaya desnudo? Pues en el País Vasco, más concretamente en San Sebastián, algunos ya se han encontrado con esta situación. Por ello, ha surgido un debate generado por el PP en el que se plantea la necesidad de endurecer las leyes de la Ordenanza de Civismo para que, dejando a un lado lo que ocurra en las playas, se prohíba bajo sanción la exhibición de los genitales en la vía pública.

Puedes leer la noticia entera aquí

He aquí una situación que algunas personas viven de forma conflictiva. ¿Por qué? ¿Dónde está el conflicto? ¿Cuáles son los valores que entran en juego en este conflicto? ¿Podríamos aclarar en qué consiste el problema que expresa esta noticia?

El retrato del Renacimiento

Durero, Autorretrato.
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El 7 de septiembre termina una exposición espléndida que ha organizado el Museo del Prado, junto con la National Gallery, de Londres, sobre El retrato del Renacimiento.

El retrato renacentista y la consideración de la persona como individuo marchan parejos en la historia. En la evolución del retrato en esta época se comprueba cómo se va agrandando el ámbito de los retratados, pues todas las capas sociales terminan siendo consideradas. Crece, por otra parte, el tamaño de los retratos pues, al final del siglo XV, en lugar de ser guardados, serán expuestos y colgados en las paredes. Como los intereses en el uso de los retratos empiezan a ser distintos, surgen diversos tipos de ellos, incluidos los deformados y aparentemente irreconocibles, como son las anamorfosis.

Se pueden ver en la exposición obras de Durero, Van Eyck, Antonio Moro, Tiziano, Rafael y Sofonisba Anguissola, una de las pocas mujeres pintoras de la época, entre otros muchos.

De martes a sábados, de 18.00 a 20.00 horas, y los domingos, de 17.00 a 20.00 horas, la visita al Museo del Prado es gratuita. Salvo los lunes, el Museo abre de 9.00 a 20.00 horas.
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El Guerra / 2

La segunda puerta tenía el siguiente cartelito


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Aunque yo las distinciones de género nunca me las tomo muy en serio, por respeto al lugar entré en la primera, porque en mi organismo todavía no encontré nada parecido a un conejo y sí, en cambio, algo que recuerda a los huevos, aunque, a decir verdad, la cantidad de tres me dejó pensando un rato.

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martes, 26 de agosto de 2008

Besos 2

Son tiempos de ir y venir, de despedidas y de reencuentros. Son tiempos de besos. Cuántos besos damos y nos dan y cuántos se desperdician por rutinarios, por vacíos. Hay muchos tipos de besos. Gabriela Mistral (1889 – 1957), en un espléndido poema que pongo aquí, lo explica. Esta poeta, profesora y diplomática chilena, se llamaba en realidad Lucila de María del Perpetuo Socorro Godoy Alcayata y fue la primera mujer que ganó el Premio Nobel de Literatura, en 1945.







El poema se titula Besos. Para ti.

Hay besos que pronuncian por sí solos
la sentencia de amor condenatoria,
hay besos que se dan con la mirada
y besos que se dan con la memoria.
Hay besos silenciosos, besos nobles
hay besos enigmáticos, sinceros
hay besos que se dan sólo las almas

Hay besos que calcinan y que hieren,
hay besos que arrebatan los sentidos,
hay besos misteriosos que han dejado
mil sueños errantes y perdidos.


Hay besos problemáticos que encierran
una clave que nadie ha descifrado,
hay besos que engendran la tragedia
cuantas rosas en broche han deshojado.


Hay besos perfumados, besos tibios
que palpitan en íntimos anhelos,
hay besos que en los labios dejan huellas
como un campo de sol entre dos hielos.


Hay besos que parecen azucenas
por sublimes, ingenuos y por puros,
hay besos traicioneros y cobardes,
hay besos maldecidos y perjuros.


Judas besa a Jesús y deja impresa
en su rostro de Dios, la felonía,
mientras la Magdalena con sus besos
fortifica piadosa su agonía.


Desde entonces en los besos palpita
el amor, la traición y los dolores,
en las bodas humanas se parecen
a la brisa que juega con las flores.


Hay besos que producen desvaríos
de amorosa pasión ardiente y loca,
tú los conoces bien son besos míos
inventados por mí, para tu boca.


Besos de llama que en rastro impreso
llevan los surcos de un amor vedado,
besos de tempestad, salvajes besos
que solo nuestros labios han probado.


¿Te acuerdas del primero...? Indefinible;
cubrió tu faz de cárdenos sonrojos
y en los espasmos de emoción terrible,
llenaron sé de lágrimas tus ojos.


¿Te acuerdas que una tarde en loco exceso
te vi celoso imaginando agravios,
te suspendí en mis brazos... vibró un beso,
y qué viste después...? Sangre en mis labios.


Yo te enseñé a besar: los besos fríos
son de impasible corazón de roca,
yo te enseñé a besar con besos míos
inventados por mí, para tu boca.

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El Guerra / 1

En la plazoleta de las Vacas de la Isla de San Fernando hay un bar pequeño, un güichi. Un güichi es lo mismo que un bache en Cádiz o que un tabanco en Jerez, es decir, un bar en el que se bebe y se toma alguna tapita de calidad. El dueño del bar es Pepe "el Guerra", que es como todo el mundo le llama. Por las mañanas seis o siete señores "paran" allí, se toman unos vinos y hacen un derroche de gracia como en muy pocos sitios se encuentra.

Un día, a mediodía, entré en el güichi y fui recibido con mucho respeto, porque respetuosa y, además, graciosa es la clientela de El Guerra. Pedí una cerveza y me fui al servicio a orinar. Había dos puertas. En la primera me encontré con esto:





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lunes, 25 de agosto de 2008

Más madera / 5

Por si alguna discusión llegaba a mal terminar, en otro lugar de la ciudad hace tiempo que se abrió una cafetería con un nombre que zanjaba la cuestión: El Nuevo Sosiego. Invito al lector a que descifre en qué puede consistir el nuevo sosiego y a que lo distinga del antiguo.




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domingo, 24 de agosto de 2008

Más madera / 4

El Sosiego y El Sociego. Pero los establecimientos están juntos, uno al lado del otro. No es que el intelectual toldero tuviera que hacer arduas investigaciones sobre qué habría que poner en el toldo. Sólo tenía que mirar. Pero no miró. Y quedó una muestra para la historia de lo que es el liberalismo gaditano. Usted diga lo que quiera y escríbalo como le dé la gana. ¡Qué más da que se ponga con s o con c, si todo el mundo va a entender a dónde va!. Estas son pijerías de la gente de Madrid.


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sábado, 23 de agosto de 2008

Más madera / 3

En El Sosiego venden buen jamón y muy bien cortado. Seguramente el ritmo del corte del jamón que imprime el cortador, Carlos, es el que da nombre al establecimiento. Pero hay otro bar y cafetería, también en La Isla de San Fernando, en el que el intelectual que diseñó el nombre o el intelectual que lo plasmó en el toldo, alguno de los dos, se dejó llevar por el oído en lugar de por la cabeza y le salió lo que le salió. He aquí la muestra.


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Con lo cual, el inicial sosiego, la gustosa tranquilidad, quedó extrañamente trucado en una especie de insulto: ¡Sociego!, que quizás sea ¡So ciego!, es decir, ¡pedazo de ciego!, o algo así. Es la inevitable evolución del lenguaje.

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