Nada hay de bueno en las infancias terribles, absolutamente nada, porque un niño merece amor y atención exclusivamente por el hecho de haber nacido, sin embargo, sí hay algo en la forma de afrontar la supervivencia y abrirse paso entre el fango, algo que merece la pena ser estudiado, porque está claro que de esas infancias terribles crecen genios o monstruos...
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