Agradezco con inmensa emoción a la señora Ayuso su infinita preocupación por la salud de los madrileños, siempre presente en sus discursos y en sus decisiones, así como el ejemplo de buena organización, excelente previsión y suma diligencia en la contratación del personal suficiente para la atención primaria de los ciudadanos y la vacunación de todos los madrileños, vulnerables y no vulnerables. Si su modelo se exportase al conjunto de la nación, no estaríamos como estamos. Dios salve a la señora Ayuso.
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