11 de octubre de 2014
La vida, por ser vida, debería estar llena de frescura. ¿Por qué, entonces, se nos presenta tantas veces tan espesa, tan acartonada?
La vida, por ser vida, debería ser alegre. ¿Qué hemos hecho para que tantas veces resulte tan triste?
La vida, por ser vida, debería ser una fuente de creatividad. ¿Por qué, entonces, esa rutina contante que nos mata?
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