Escribo para desnudarme la mente, para
expulsar los demonios que pueda haber almacenado o para transmitir
algo que pueda serle útil a alguna persona. Ninguno de estos contenidos mentales sirve para algo bueno estando encerrados
en la mente. Creo que hay que desnudarse, por eso escribo para mí y
te lo doy a ti, por si te sirve. No te busco, pero si te encuentro,
me alegro. Y si me hablas, más aún.
Buenas noches.
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