Se tiñó las ideas. Se afeitó las
asperezas. Se depiló la mayoría de sus detalles feos. Se cortó las
agresividades y se las pintó de azul turquesa. Se puso cereza madura
en los labios. Se perfumó con agua de armonía. Adoptó la sonrisa
de la paz. Se perfiló los ojos con ganas de ver. Se puso el reloj
que agrandaba el tiempo. Se vistió de protagonista y salió a
representar una función de la que solo se sabía el principio.
Buenas noches.
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