Se subió al autobús. Me vio.
-Hola, profe. ¿Cómo estás?
Me dio dos besos y me ofreció
gominolas.
-Yo, bien. Y tú ¿cómo estás?
-Este año me lo estoy tomando en serio y voy a aprobar. Estoy trabajando de cajera en un supermercado. ¡Qué mala es la gente, profe! Te tratan como si fueras una mierda. Yo nunca he tratado así a nadie. Sólo se ven a sí mismos. No te respetan. Se creen que son superiores a ti. Estoy empezando a odiarlos. La gente es cada vez más individualista. Van a lo suyo con descaro. Están salvajes, profe. No tienen ética. Dame dos besos que me bajo aquí. A ver si nos vemos. Ciao.
Buenas noches.
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