Aún no se ha hecho público, pero
fuentes generalmente bien informadas han manifestado que, en estos
días, Karl Marx ha abandonado durante unos momentos el refugio
londinense que ocupa desde 1883 para dirigirse al domicilio de Pablo
Iglesias. A su llegada, se materializó detrás del dirigente
español, que estaba muy concentrado preparando su próxima visita al
Papa, y le propinó una monumental colleja, justamente en donde
empieza su coleta, a la vez que con voz firme, aunque algo afectada,
le dijo:
-Esta, de mi parte.
Sin darle tiempo a reaccionar a
Iglesias, le proporcionó otra de similar potencia, afirmando:
-Y esta, de parte de Engels.
En ese momento, el recipientario se
pudo volver, situación que aprovechó Marx para añadir, mirándole
a los ojos y con dedo índice extendido:
-Y no confundas más a los ciudadanos.
Según las mismas fuentes, Pablo
Iglesias reaccionó entonces gritándole:
-¡Socialdemócratas, que sois unos socialdemócratas!
Marx hizo con la mano un ademán, como
de querer decir: “Bah, déjame en paz”, y se esfumó.
En el brevísimo camino de vuelta a
Londres, parece ser que declaró:
-Me vuelvo rápidamente a Londres, que allí se muere muy bien y en paz, y no me dan estos disgustos.
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