Es la hora del adiós al día. Vas a
entrar en la neblina espesa del sueño. Olvídate de tus miedos.
Renuncia al mundo de tus secretos. Empaqueta bien tus problemas y
déjalos en la puerta, por fuera. Piensa en la belleza, en esa
belleza que te puede y contra la que tú nada puedes. Recuerda que
somos hijos del amor, padres del amor, amigos del amor. Hazte el
propósito de que mañana cada uno de tus minutos esté inspirado y
empapado de amor. Sonríe. Paz. Buenas noches. Besos y abrazos.
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