viernes, 24 de febrero de 2012

Los peligros de Wert




El ¡ministro! Wert tiene dos peligros. Uno, el que encierra en sí mismo, por sus ocurrencias, por el fruto de su desconocimiento de los temas que trata y por lo atrevido de sus planteamientos. No incluimos aquí el aire de absurda superioridad con el que habla, porque esto es sólo peligroso, en principio, para su imagen. El otro es que va camino de convertirse en el payaso del Gobierno, en el tipo que llama más la atención y que dice las cosas más atrevidas y más dolorosas. Y, en este sentido, puede ser manejado para crear cortinas de humo que oculten transitoriamente otras cosas que el Ejecutivo quiera colar a los ciudadanos, pero que no interese que estos las piensen mucho. Es un señor que al parecer no tiene demasiados conocimientos, ni demasiada humanidad ni demasiado sentido político ni ni demasiada idea de igualdad y respeto ni demasiados complejos ni demasiadas otras cosas convenientes, pero que encierra en sí demasiado peligro. Creo que habrá que escucharlo teniendo en cuenta siempre lo que ocurre a su alrededor.

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