jueves, 2 de febrero de 2012

Ignorancia e interés



La derecha se ha caracterizado siempre por no tener suficiente información fiable y por tener un interés particular excesivo en los asuntos importantes de la sociedad. La izquierda, en cambio, suele poseer más información y más deseo de tenerla y su interés es más general, más de todos los ciudadanos.

Hoy el ciudadano Wert, a la sazón ministro de Educación, Cultura y Deportes -nada menos- ha mostrado con una simpleza brutal que es de derechas y que, a pesar de no tener información fiable y de perseguir intereses particulares de su partido, no tiene obstáculo en ser ministro ni en gestionar áreas tan cruciales para los ciudadanos del país como los que maneja.

Creo que ya todo el mundo se ha enterado de su impresentable argumento para eliminar la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Hay libros, según su pensamiento, que dicen cosas inconvenientes y, por lo tanto, hay que eliminar la asignatura. El disparate es mayúsculo, pero se convierte en ridículo cuando, además, se comprueba que esos libros citados ni son de texto, ni tienen que ver con la asignatura que se imparte en los Centros ni cosa por el estilo. Son libros que han sido usados por la prensa afín patra intoxicar la opinión pública y que este señor, sin ideas ni intenciones sanas, ha usado en beneficio, no de los ciudadanos, sino de su partido.

Una vergüenza, señor Wert.

2 comentarios:

  1. Manuel, yo no sé si es que estoy en un período de negritud en el que no veo nada claro, esclarecedor o positivo, pero no hago más que recibir o leer malas noticias. Nunca me ha gustado ser fatalista, pero creo que estoy acercándome al extremo y no veo ningún punto de luz que me permita mantener la esperanza en el cambio hacia un país o una sociedad mejores.

    Creo que las claves para sobrevivir -ya me han quedado claras, tras los últimos posts y las últimas reflexiones- son la elegancia, la paciencia y rodearse de gente que SÍ merezca la pena.

    Contra ciudadanos como Wert, ¿qué nos queda? Quizás volver a tomar las calles, o quizás, como apuntaba Javier (de La ciencia para todos) huelgas indefinidas, vaciar los institutos y colegios para extender el miedo que ellos quisieron sembrar primero en nosotros.

    Te mando y me mando apoyo y positividad, a pesar del frío, el catarro, la falta de elegancia que nos rodea y el pesimismo que se apodera de nosotros. Y, como siempre, un beso muy fuerte.

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  2. Soy un pesimista activo. No puedo ser optimista viendo lo que veo. Escribo para que me entendáis media docena de personas. Hablo por si hay alguien que no esté sordo y quiera oír. Mi esperanza es lejana. Espero poder doblar la esquina y que haya algo allí. Si no, habrá que esperar otra esquina. Hay que volcarse en la gente. Hay que querer a la gente. Hay que aprender siempre. Y esperar. Y todo ello dentro de un abrazo grande.

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