martes, 7 de febrero de 2012

Pobres hijos



Los padres no los educan. No saben qué decirles ni qué hacer con ellos. Les dan de comer. Si pueden, les ponen la tele delante y, si es posible, el ordenador, y ahí acaba su labor. Para el resto dicen que está la escuela. Y la escuela educa, claro, pero no puede crear buenos hábitos, no puede sustituir a los padres. Además, el PP procura que los asuntos morales y éticos no se den en la escuela. A lo sumo, que les den normas que tengan que obedecer sin saber por qué y sin entender nada de lo que deban ser sus comportamientos. Sobre todo, que no piensen, que no razonen, que no adquieran capacidad crítica, que no descubran nunca en qué consiste ser un ciudadano, un ser humano en la ciudad.

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