AZUL,
y su origen persa, ya fue explicado en estas páginas (30 de mayo).
VERDE
viene del latín VIRIDIS.
Ya dijimos (19 de abril) que se relaciona con una raíz común a vir
(varón) y vis
(fuerza). También vimos sus derivados verga, verdugo, etc. Sorprende
la regularidad y uniformidad de la evolución de verde en las lenguas
latinas: castellano verde,
gallego y portugués verde,
italiano verde,
rumano verde,
catalán verd,
francés vert.
El euskera ha adoptado el latinismo berde.
El esperanto también ha adoptado el latinismo verda.
En griego era khlorós,
lo que es el origen de clorofila, cloroformo, clorhídrico...
AMARILLO
proviene de la palabra AMARELLUS
del latín hispánico, diminutivo de amarus
(amargo), probablemente por el color pálido amarillento de los
enfermos de ictericia, que segregan bilis amarga. Al margen del
término latino más usado para amarillo, flavus,
las lenguas latinas han innovado: castellano amarillo, portugués y
gallego amarelo.
El catalán grog,
italiano giallo,
francés jaune,
rumano galben.
En euskera, horia.
La uniformidad etimológica del verde contrasta con la aparente
variedad en el amarillo.
GRIS:
De origen germánico (grey
en inglés, grijs
en holandés) entra plenamente en territorio de las lenguas latinas:
gris en castellano, gris
en francés, grigio
en italiano, gris
en gallego y portugués, gris
en catalán, también grisa
en euskera.
MARRÓN:
Viene del francés marron,
que significa castaña (aunque marrón en francés es brun,
y en rumano brun,
del latín tardío brunus)
que con fortuna es origen del castellano marrón,
portugués marrom,
catalán marró,
italiano marrone,
también marroia
en euskera. Hay una hipótesis según la cual habría habido un
término prerromano, marron,
desde Italia a Portugal, sobre todo en los Alpes y los Pirineos, para
el fruto que llamamos castaña. El esperanto ha elegido para este
color el término kastana.