Pensemos. 
Pensemos en lo que hacemos,
en lo que nos vale y en lo que no nos vale, en las consecuencias de
nuestros actos, en la meta que nos hemos propuesto, si es que nos
hemos propuesto alguna. 
Hay que pensar en todo esto y en mucho más,
pero hay que hacerlo de día, nunca en la cama. 
Nunca hay que pensar
cuando estamos cansados, aunque sea de día, porque todo lo nublamos
y lo deformamos para nuestro mal. 
En la cama solemos estar cansados y
por eso no debemos pensar en ella. 
La cama está para lo que está,
pero nunca para pensar. 
Buenas noches.