El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
lunes, 4 de diciembre de 2023
Los lunes, músicas nuevas. The Beatles
domingo, 3 de diciembre de 2023
Ceguera
Hay quien dice que las emociones son ciegas, como, por ejemplo, lo son el amor o el odio. A mí me parece que las emociones no tienen ojos, por lo que difícilmente podrían ser ciegas o gozar de una buena agudeza visual. Otra cosa es que cieguen. Y esto lo hacen a quienes se dejan llevar en sus vidas por unas emociones ajenas por completo a la racionalidad. El ser humano es un animal que piensa, venía a decir Aristóteles, sin sospechar siquiera que, aunque él tuviera razón en lo que decía, llegarían tiempos en los que un buen puñado de seres humanos no le iban a hacer caso y vivirían -o lo que sea- sin pensar lo más mínimo. En su lugar pondrían unas emociones sueltas, separadas de la razón y del mundo, que saldrían abruptamente a gritos, a patadas o a patochadas de los cuerpos de algunos seres con aspecto humano. Quienes han creído a lo largo de la historia que el amor era solo una emoción se han llevado unos chascos enormes que casi siempre les ha costado un dineral. Quienes han optado por dejar que el odio arrastre sus vidas gritan mucho y saben poco, por lo que en sus vidas abundan los disparates. No se dan cuenta de que lo que dicen y lo que hacen son barbaridades sin sentido, porque su ceguera vital no les permite ver otra cosa que los supuestos enemigos en los que su odio ha convertido a los adversarios.
Unos cuantos de estos se fueron ayer al Teatro de La Latina a silbar y a abuchear al Presidente del Gobierno cuando fue a honrar la memoria de la eminente actriz Concha Velasco, cuya capilla ardiente se encontraba allí. En su ciega ignorancia no sabían que la actriz tenía convicciones profundamente socialistas. Quizá consideraban que la fallecida era un objeto más del patrimonio “español” y que solo ellos tenían derecho a venerarlo, o que era ya algo popular, pero no del estilo de, por ejemplo, Almudena Grandes, sino que era de los suyos, o simplemente, su ceguera les hacía creer que los enemigos oficiales no tienen derecho a hacer algo razonable y educado, sino sólo lo que les dé la gana a ellos que hagan. Hay una ceguera muy mala, que no es la de quienes no ven, sino la de quienes no quieren ver por no quitarse el odio de la mirada.
Tennessee Williams, Un tranvía llamado deseo. El Calendario de Libros de Bautista. 3/ 12/ 2023.
sábado, 2 de diciembre de 2023
Vocabulario Feminista: Empoderamiento, por Manuel Casal, en MasticadoresFEM
El valor más importante que el feminismo quiere hacer real en la sociedad es el de la igualdad de derechos y de oportunidades entre los hombres y las mujeres.
Si observamos la calidad de vida y las circunstancias concretas en las que, en general, transcurren la vida de las mujeres, salen a la luz situaciones que muestran su vulnerabilidad, su marginación y su creciente pobreza, características que no se observan con tanta claridad ni en la misma proporción en la vida de los hombres...
Puedes leer el artículo completo de Manuel Casal pulsando aquí.
José María Arguedas, Los ríos profundos. El Calendario de Libros de Bautista. 2/ 12/ 2023.
viernes, 1 de diciembre de 2023
La mujer nadie, por Ángeles Fernangómez, en MasticadoresFEM
De niña sentí un no sé qué que jamás supe explicar entonces. Viví algo extraño en casa, pero yo no sabía lo que era, solo sé que lo sentía. Vi a mi madre llorar por las esquinas, pero me escapé a jugar en cuanto pude. Más tarde, me escapé también de casa para vivir mi propia vida y huir de la tristeza y encontrar calor...
Puedes leer el artículo completo de Ángeles Fernangómez pulsando aquí.
Charles Dickens, Grandes esperanzas. El Calendario de Libros de Bautista. 1/ 12/ 2023.
jueves, 30 de noviembre de 2023
Fernando Pessoa, Libro del desasosiego. El Calendario de Libros de Bautista. 30/ 11/ 2023.
Los jueves, músicas nuevas. Black Pumas
miércoles, 29 de noviembre de 2023
Ruido y vida
Hay mucho ruido. Son demasiados los ruidos que interfieren en la vida concreta de todas las personas.
No me refiero solo a quienes hablan alto en cualquier sitio, a quienes gritan por las calles sin preguntarse si molestan o no, ni a las motocicletas que tienen que dejar constancia ruidosa de la presencia de su conductor, ni a los coches de los que salen músicas simplonas y cansinas a todo volumen.
Me refiero también, y sobre todo, a ese otro ruido más sutil, aparentemente menos estruendoso, pero más nocivo, que se desprende de las diarias declaraciones huecas, mentirosas, tendenciosas, referidas a asuntos abstractos, vacíos y ajenos a las vidas concretas de los ciudadanos, que abundan en los medios de comunicación. Leo, por ejemplo, que el presidente de un partido de derechas español, que votó en su día en contra de poner un impuesto a la banca, que no quiso subir ni las pensiones ni el salario mínimo interprofesional, que se opuso a la ley de vivienda, a la reforma laboral y a todo lo que suponía un avance para los ciudadanos, dice ahora que hay que hablar de “las cosas del comer”. ¿A qué se referirá? En lugar de hablar de las listas de espera enormes que hay en la Sanidad y que afectan directamente a la salud y a la vida de los ciudadanos, anda pregonando que se rompe España, no respetando a un presidente de Gobierno legítimamente y democráticamente elegido por los españoles, quitando de sus programas de acción, allá donde gobierna, cualquier referencia o subvención a las organizaciones que luchan contra la violencia de género o negándoles un bono de comida a los hijos de madres solteras.
Todo este ruido hace que quienes, por las razones que sean, no usan la cabeza para situarse en el mundo, se entretengan con estos soniquetes vacíos, se entreguen a ellos y no miren lo que de verdad y de manera concreta afecta de lleno a sus vidas.
Hay muchos que creen que vivir es sufrir fatalmente, sin remedio, unas adversidades que son fruto de quienes ellos no saben que no tienen la culpa. No sé si algún día se darán cuenta de que la responsabilidad es de aquellos ruidosos vacuos a los que votan.