"La diferencia", documental dirigido en 2011 por David Francisco.
Ayer terminó de vivir esta vida Ángel Guinda.
No quiero hacer aquí ningún elogio fúnebre de Ángel. Quien le conoció sabe que fue una persona inteligente, generosa, ingeniosa, sabia, un poeta grande y una persona buena. Quien no tuvo ese placer tiene su obra, su útil obra, su humana obra, su inteligente obra.
Hacía tiempo que no sabía nada de él. Me parecía que estaba de retirada y temía indagar. Le hice caso en algo que me contó una vez. Le fastidiaban esas preguntas tópicas, manidas y un poco indiscretas que hacemos a la vuelta del verano: “¿Qué tal las vacaciones?”. Me dijo que cada vez que se lo preguntaban contestaba: “¡Imagínate!”, con lo cual le devolvía la carga al original interlocutor. Ante la pregunta por su ausencia, yo me contestaba eso. Y no me imaginaba nada bueno.
Cuando un ser querido termina de vivir siempre nos lanza a la mente un dardo con un mensaje clavado en la punta que dice: “La vida terminará. Vive”.
“Lo que dicen los muertos repica en el calvario de los vivos”
No me gusta decirle a los muertos que descansen en paz. Los muertos ni se cansan ni descansan. Los muertos no son. Los muertos ya no son.
“Y recapacita por qué la vida apunta a la muerte. La muerte apunta a la vida. La muerte dispara primero”
A Ángel Guinda le doy las gracias. Era una de esas personas que se agradecía vitalmente que existieran.
Ayer Ángel Guinda terminó de vivir esta vida, pero no terminó de vivir. Dejó este mundo para instalarse en el recuerdo. Él ya no será consciente de eso, pero sigue estando en su obra y en la memoria de tantos alumnos y de tantos amigos que lo conocimos y lo quisimos.
Puedes leer aquí la noticia de su fallecimiento.