Odian a los extranjeros. No los pueden ver. No dicen que odian particularmente a los extranjeros pobres, a quienes explotan con más facilidad y con mayor crueldad, pero lo sienten así. Exaltan lo nacional, el producto nacional, la fabricación nacional. Y, sin embargo, se toman un kiwi traído de Nueva Zelanda, un café de Brasil o de Colombia, montan en un coche alemán, se ponen una vacuna fabricada en Bégica, consumen electricidad traída de Francia, les gusta la música compuesta en cualquier país del mundo, usan un televisor coreano, un teléfono móvil hecho en Indonesia, Brasil o Vietnam, con materiales traídos del Congo y componentes chinos, se visten con un cálido jersey de cachemire tejido en Nepal, unos vaqueros hechos con algodón americano tejido en Asia y fabricados en China, Bangladesh, India o Pakistan, calzan unos zapatos hechos en cualquier lugar de Asia o en México y se quitan el frío con un plumas italiano. Si les gustara leer, gozarían con la literatura escrita en cualquier país del mundo. Y cuando les place, se toman un soberbio whisky escocés. Pero lo único importante es lo español. Los extranjeros, los diferentes, que se vayan a su país. Así de racionales y de coherentes son.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
sábado, 13 de febrero de 2021
viernes, 12 de febrero de 2021
Ha muerto Chick Corea
jueves, 11 de febrero de 2021
Los jueves, músicas nuevas. Chico y chica
CHICO Y CHICA son un dúo de Bilbao con una extensa trayectoria y discografía. Vuelven con su electro pop juguetón y bailable, moderadamente bailable. ¿Coser?, justo a lo que pensaba ponerme yo ahora mismo.
miércoles, 10 de febrero de 2021
martes, 9 de febrero de 2021
lunes, 8 de febrero de 2021
Dicho en el pasado. Vivir es problemático
8 de febrero de 2020
Vivir es problemático.
Cada instante de la vida encierra el problema de intentar vivirlo de la mejor manera: con belleza, con placer y con justicia.
El problema de cada instante puede tener solución, pero exige esfuerzo: adquirir hábitos humanos que nos faciliten la resolución, plantearse correctamente la situación, prever las consecuencias posibles, ser conscientes de lo que se está haciendo, descubrir el placer de hacer lo que hacemos y compartir ese placer con los otros.
Vivir así cansa.
Y si admitimos como normal la velocidad a la que todo discurre, la necesidad de hacer miles de cosas en un momento y los ruidos que nos acompañan aunque no queramos, entonces cansa aún más.
Me explico que haya tantas personas, tantísimas, que hacen de la diversión, de la huida de una existencia así concebida, el estilo de sus vidas.
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