Nada más despertarnos, deberíamos
alegrarnos de poder ver la luz del día, la belleza de la naturaleza
y de mucho de lo que vemos, de poder oír palabras y músicas
agradables, de poder besar y abrazar a los amigos y amigas, de poder
hacer algo de lo que nos apetece, de ser conscientes de que estamos
vivos, vivos, muy vivos.
Buenos días.