La gente sigue obsesionada con alcanzar
la felicidad. Me parece un error; comprensible, pero error. La única
obsesión que debería arrastrarnos es la de intentar actuar siempre
como seres humanos, tratando a los demás con respeto, con justicia,
incluso con amor. Cuando hacemos eso, una sensación de felicidad nos
llega sin haberla buscado. Creo que no hemos venido a este mundo a
ser felices, sino a convertirnos en lo que somos: seres humanos, no
golfos, ni botarates ni seres perdidos. Kant ya pensaba así. Buenas
noches. Repito: la felicidad no se busca. Se encuentra si actuamos
como lo que somos. ¿Sería feliz un gato que tuviera que actuar como
un perro?
Buenas noches.