El problema fundamental de la vida es un problema ético.
¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano?
¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Con darle tanta importancia a la
imaginación lo único que conseguimos es estropear la vida, agrandar
los temores vacíos y perder la naturalidad. Es mejor esperar a tener
datos para hablar de la realidad.
Nuestras preguntas nos retratan. Sobre
todo, cuando adquirimos el vicio de no pensarlas bien, ni de prever
las consecuencias que pueden tener para quien las escucha, ni si
constituyen una falta de respeto ni si nos dejan en mal lugar. A
veces preguntamos como niños, sin darnos cuenta de que ya no somos
niños.