En el mundo hay ya siete mil millones
de personas. En tu mundo hay muchas menos, seguro. En principio,
todas son seres mudos en mitad del ruido ensordecedor que se oye,
aunque no nos diga nada. Haz la prueba de lanzarte al mundo sin
convenciones, sin poses, sin prejuicios, sin exclusiones, sin ir a la
defensiva, siendo tú, siendo como eres. Verás como hay personas
dispuestas a encontrarse contigo. Las almas desnudas tienden a
acercarse. Es una de las grandes gozadas de la vida. Buenas noches.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
martes, 13 de agosto de 2013
lunes, 12 de agosto de 2013
Buenos días. Algo nos faltó
Me quedé sin darle un beso a María.
Vi que llevaba su brazo totalmente tatuado. Le vi también tatuajes
en un muslo. Vi su mirada. Me pareció llena de inteligencia y de
ternura. Le dije que ya nunca se podría desnudar del todo, que
siempre llevaría sobre su piel el tatuaje que la vestía. Me
contestó que se tatuaba para desnudar su alma porque en su piel
estaba escrita su vida, todo lo que para ella era importante. Me
quedé pensando. Se quedó pensando. Nuestras sorprendidas miradas se
encontraron. Yo sentí la vida por dentro. Nos faltó un abrazo, un
beso. La estética dejó paso a la vida, a la fortaleza galopante y
sorprendente de la vida. Buenos días.
El calendario de Bautista. 11/8/2013. Edith Wharton
Buenas noches. Calambres
El contacto con la vida le da calambres a los que no tienen demasiadas ganas de vivir. Son calambres de envidia, de miedo, de incomodidad, de intolerancia, de resentimiento, de venganza. Es como un latigazo de calor en la mitad de una espalda fría y mortecina. Buenas noches.
Buenos días. Regalos.
Nos regalamos miradas. Nos regalamos sonrisas. Nos regalamos besos. Nos regalamos abrazos. Nos regalamos tiempo. Nos regalamos olores de perfumes. Nos regalamos detalles. Nos regalamos palabras. Nos regalamos alegría. Nos regalamos cariño. La vida es bella. Buenos días.
domingo, 11 de agosto de 2013
Elegancia 71
La prudencia de la
persona elegante exige, por una parte, un criterio interior que sea
razonable, y, por otra, un criterio exterior que le impida salirse de
la realidad.
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