El final de la obra de Camus El malentendido es, más o menos, así. Una mujer, a la que han dejado sola, llora e implora a su dios:
- Señor, ten piedad de mí, ayúdame.
Su dios:
- No.
Me gustaría que no actuáramos como ese dios y que una llamada fuera seguida de una rápida respuesta llena de humanidad. Este mundo hay que crearlo también entre todos. Las nubes de cariño sirven también para eso. Buenas noches.