Un diario llamado La gaceta ofrecía días pasados una portada con el titular Este individuo por fin se va, acompañado de una foto del presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero. No pretendo descubrir ahora las señas políticas de este diario, pero sí subrayar su catadura moral. En una democracia un presidente del gobierno elegido por todos los españoles no puede ser nunca tratado como “Este individuo”. Si este es todo el respeto que les produce a estos señores un cargo institucional, es que están muy lejos de la democracia. Y esto es para echarse a temblar porque revela que algún tipo de dictadura, sea política, económica o social, es la que están defendiendo.
Creo que un país no se gobierna igual en épocas de crisis que en las de calma. Tampoco creo que se pueda gobernar igual con una oposición leal, constructiva y que mira los intereses de los ciudadanos que con una que desde el primer día –incluso antes, en el caso de Rubalcaba- ha practicado una oposición que no ha sido más que una descalificación constante y permanente, una colección de insultos baratos y zafios a través de los medios de comunicación. Da la impresión de que la oposición, con independencia de lo que digan las urnas, considera como natural que gobiernen ellos. Seguramente les va en el asunto mucho dinero o muchos beneficios y eso les hace situarse por encima de los resultados de las urnas. Me parece, por otra parte, que en los medios se han reflejado más los errores de Zapatero y la presión a la que ha sido sometido en todo momento que sus indudables aciertos en algunas materias. Tengo la impresión de que ha podido más entre una buena parte de la población la presión ejercida sobre el presidente del gobierno que la propia realidad, por mala y dura que ésta sea.
Pero si Zapatero era un inconveniente para la izquierda, ahora ya no lo va a ser. Y la opción es bastante clara. La alternativa es una derecha trufada de ultraderecha, que viene a lo suyo, que si arregla el paro, será porque la situación económica mundial habrá mejorado, pero no porque se lo proponga como objetivo. Como siempre ha ocurrido, las libertades y las igualdades peligran con esta derecha. Tú, mientras tanto, puedes seguir poniéndote exquisito y seguir prefiriendo cualquier otra cosa a lo que hay, pero has de ser consciente del riesgo que corres y que corremos haciéndole el juego a estos interesados en lo suyo o quedándote en casa cuando haya que votar.