Porque ¿qué es peor? ¿callarse y no dar publicidad al problema o exponerlo en público, como han hecho los que aparecen en la foto de David Francisco? Si te callas, tienes que resolver la situación, si se puede, y seguramente te metas en un buen lío económico y legal. Si le das publicidad, te desahogas, puede que le hagas daño al constructor, pero no vendes el piso ni en broma. La única esperanza es que el constructor te arregle el piso, pero me parece que esto no suele ser común.
El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
sábado, 24 de enero de 2009
Paseando por la vida / 36 / ¿Qué es peor?
Porque ¿qué es peor? ¿callarse y no dar publicidad al problema o exponerlo en público, como han hecho los que aparecen en la foto de David Francisco? Si te callas, tienes que resolver la situación, si se puede, y seguramente te metas en un buen lío económico y legal. Si le das publicidad, te desahogas, puede que le hagas daño al constructor, pero no vendes el piso ni en broma. La única esperanza es que el constructor te arregle el piso, pero me parece que esto no suele ser común.
jueves, 22 de enero de 2009
Elegancia / 1
Lo primero que quisiera decir es que no me parece acertada la idea bastante frecuente de asociar la elegancia a la vestimenta o a los diversos adornos con los que cubrimos nuestro cuerpo. Creo, más bien, que la elegancia afecta a lo que de una manera muy simple y muy inexacta llamamos alma. Me refiero a las actitudes, a las intenciones, a los gestos, a lo que nos mueve a realizar actos que implican una relación con los demás, a nuestros deseos, a la manera de dar cauce a nuestras pasiones, a todo aquello, en general, que está en lo más profundo de nosotros mismos y que constituye el punto de apoyo de lo que somos y de lo que hacemos en la vida.
Yo no entiendo que a un ser humano, cuando actúa como un animal, se le pueda llamar sensata y conscientemente elegante, simplemente porque vaya vestido con un traje bien cortado y de buen paño o adornado con un peinado de diseño. Es muy posible que en cuanto este ser hable, en cuanto actúe, en cuanto se exprese, cualquiera que use la razón podrá comprobar que, a pesar de su aspecto humano, en el fondo de su ser es un verdadero animal. Más o menos bello o bella, su opción vital es la de un animal. Y sólo faltaba admitir que los animales son también elegantes.
Somos lo que hacemos, no lo que decimos, ni lo que vestimos. Y lo que hacemos suele estar más en relación con lo que pensamos o no pensamos.
miércoles, 21 de enero de 2009
Limpiando la mesa / 5 / El odio
… Para saber lo vulnerable que se siente Israel, no hay más que ver con qué
extrema saña, pareja a la agonía, ataca a un pueblo hacinado en la miseria,
desesperado y prácticamente indefenso. …
Algunas veces he comprobado esto. Detrás de una aparente actitud de superioridad se esconde un profundo sentimiento de debilidad, de vulnerabilidad, de inferioridad. Y conviene estar fino de atención para no confundir una cosa con la otra. El que es verdaderamente superior no sobreactúa, ni necesita ir demostrándolo, ni abusa del más débil. Estas cosas son propias del que se siente angustiosamente inferior.
… el odio de los humillados es el arma de más largo alcance …
Un humillado ¿sabe distinguir el odio de la justicia? ¿Cómo, si no es con grandeza moral, se quita de encima el humillado la humillación sufrida? ¿Y si no hay grandeza moral? ¿Se puede olvidar la humillación? La gran tentación del humillado es dejarse llevar por el odio, que no le quitará de encima el sentimiento, pero que, al extenderlo, le ayudará a engañarse.
…uno no podría vivir hoy con una mínima dignidad si no denunciara este
exterminio perpetrado por los israelíes contra el pueblo palestino, aunque sólo
sea para no despreciarse ante el espejo al afeitarse …
Decía Terencio, en el siglo –II, en su comedia El enemigo de sí mismo, que
“Soy hombre. Nada humano me es ajeno”.
Es la expresión más breve y más rotunda de la solidaridad humana. Asunto cada vez más raro hoy porque no hay solidaridad sin dignidad y ésta anda en época de flaqueza.
… la matanza indiscriminada que Israel impone a la población civil de Gaza esLa vida a veces te pone delante un espejo para que te mires y para que veas cómo eres. Si no te miras al espejo es no sólo que no te gustas, sino que no tienes valor para ser como te gustaría ser. No te falla la razón. Te falla la voluntad.
una catástrofe moral y callar, escurrir el bulto, buscar motivos para
justificarla no deja de ser una bajeza …
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martes, 20 de enero de 2009
Paseando por la vida / 35 / La vida se hace pequeña
Esta primera fotografía es una muestra clara de una situación en donde la vida se vuelve pequeña, en donde los problemillas se ven más grandes de lo que son y en donde no se tiene otra cosa que hacer más que ocuparse de mezquindades y de pequeñeces. Hay veces que esto ocurre cuando se está cansado, pero en otras ocasiones responde a una manera de entender la vida un tanto pobre.
lunes, 19 de enero de 2009
Bye Bye, but for ever. Uf.
Ya te vas, Bush. Vete mucho con Dios. Ojalá puedas recolectar en tu vida lo que intentaste sembrar en el mundo. No hubiésemos perdido nada si no hubieras aparecido. Vete al rancho y da muchas charlas en Georgetown si te da la gana, pero no molestes más ni vuelvas a dejar el concepto de ser humano por los suelos.
Y mucha sabiduría y mucha suerte para Obama. ¡Qué bueno sería que las esperanzas se hicieran realidad!
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domingo, 18 de enero de 2009
Limpiando la mesa / 4 / Neutralidad
Yo estoy con los palestinos porque soy neutral.
sábado, 17 de enero de 2009
Limpiando la mesa / 3 / La ley del talión
Ojalá aplicara siempre Israel la ley del talión en sus actos. Este "ojo por ojo y diente por diente" que aparece en el Código de Hammurabi de hace ya 38 siglos y posteriormente en varios puntos del Antiguo Testamento no es una vía libre a la venganza, como muchas veces se cita en nuestra sociedad moderna. En su tiempo, esta ley tenía como objeto el limitar la venganza, es decir, si alguien te rompía un diente o te dejaba ciego de un ojo, no podías matarlo y quedarte con todos sus bienes, como al parecer debía de ser habitual, sino que esta ley limitaba la venganza "estrictamente" al daño producido, es decir, al agresor se le sacaba un ojo o un diente.
Parece triste que el pueblo de Israel, a través de sus gobernantes, lleve muchos años remontándose prácticamente a la edad del bronce y ya no respete siquiera la ley del talión. Así que ojalá Israel aplicara "estrictamente" la ley del talión. Para llegar a parámetros de justicia más modernos y a respetar los derechos humanos, habrá que esperar tal vez unos cuantos siglos más.Creo que es muy interesante la reflexión del señor Ormazábal. Lejos de fomentar o facilitar la venganza, la ley del talión la limita. Podríamos decir, entonces, que la reacción más visceral, más bruta y menos humana de todas las posibles es la de la venganza. Es la que de vez en cuando y en nuestros días observamos cuando algún elemento da una paliza a alguien 'porque le ha mirado mal', o la de los que cortan las manos a los ladrones, o la de los que practican la violencia de género, o, sin ir más lejos, la que pone en práctica Israel con los palestinos.
viernes, 16 de enero de 2009
Lejanía
Me gusta ponerle título a las entradas porque de esa manera, por una parte, me obliga a sintetizar y me ayuda a clarificare la idea central de lo que quiero transmitir y, por otra, para facilitar al lector la comprensión de lo que quiero decir, con independencia de que pueda ver en el escrito otras cosas.
Me ha costado trabajo titular esta entrada. He optado por 'Lejanía' porque quizás sea el sentimiento más fuerte que me ha producido el caso.
Cometió un error, pero él no lo sabía. Ignoraba lo que tenía que saber para hacer bien lo que había hecho.
jueves, 15 de enero de 2009
Paseando por la vida / 34 / Escaparates
Ese serón ha salido de mis manos.
Qué sí, vamos, que lo he hecho yo con estas manos.
Ya me he hecho una con mis hijos y con mis nietos, pero, si usted quiere, la hacemos.
miércoles, 14 de enero de 2009
Don José Robledo
Don José no ve bien. Realmente ve muy poco. Lleva unas gafas de las de culillo de vaso y, como herramienta de trabajo, porta una lupa con la que va leyendo el periódico y va poniéndose al tanto de lo que pasa en la ciudad y en el mundo. Posee nuestro amigo una memoria prodigiosa que le permite contar anécdotas de las que no se acuerda ya nadie.
Yo a usted lo he visto varias veces por aquí.
Hombre, ¿tú eres hijo de Manolo Casal?
Hay que ver lo bien que escribía tu padre. Lo que escribía tu padre no se lo leía ni el comandante.
Lo que escribía tu padre no se atrevía a levantarlo nadie.
La charla duró poco tiempo porque, del brazo de su hijo, iba camino de su casa a dar cuenta del almuerzo correspondiente. Nos despedimos alegrándonos de habernos visto y deseándonos lo mejor.