viernes, 17 de octubre de 2008

Lo que hay que ver / 2


El Monasterio de Montserrat, en Madrid


El Monasterio de Montserrat se fundó en 1025. A principios del siglo XIX las tropas de Napoleón lo dejaron en estado de ruina y los sucesivos expolios sufridos eliminaron casi toda la riqueza que albergaba.


Hoy, Montserrat contiene una valiosísima colección de pintura, una amplia selección de la cual podemos contemplar hasta el 7 de diciembre en la Sala de Exposiciones del BBVA, en el Paseo de Recoletos, nº 7, de Madrid.


La colección de pintura se ha ido fraguando a partir de sucesivas donaciones de coleccionistas, la principal de las cuales fue la realizada por Josep Sala hacia 1980.


En la exposición podemos ver obras de Caravaggio, Pedro Berruguete, Monet, Sisley, Degas, Pisarro, Santiago Rusiñol, Ramón Casas, Dalí y de muchos otros más. Quizás destaquen dos cuadros de Picasso, realizados cuando el pintor tenía trece o catorce años, que son verdaderamente impresionantes.


El horario de visitas es de martes a sábados, de 11 a 20 horas. Los domingos y festivos, de 11 a 14.
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jueves, 16 de octubre de 2008

Almas de destrucción masiva / 1

COÑAZO DE TÍO



El nuevo Mariano Rajoy salido de su derrota en las urnas, Mariano II, como lo llama el maestro Miguel Ángel Aguilar, dio muestras el otro día de poseer la imprudencia necesaria para comentarle a su correligionario Javier Arenas, sin darse cuenta de que los micrófonos estaban abiertos, que al día siguiente tenía que asistir al coñazo del Desfile de las Fuerzas Armadas y que vaya plan tan apasionante era ese.

Mariposeé en Internet por los diversos medios para ver qué opinaban del asunto y encontré que la mayoría de ellos usaban una expresión de esas que ‘entusiasman’ a mi amiga P. por el preciso desconocimiento que la gente suele tener de su significado. Decían muchos que ‘los micrófonos le habían jugado una mala pasada a Rajoy’. Seguramente que al intelectual que redactó la noticia y que luego la difundió por una agencia se le ocurrió tal expresión con el ánimo de contar la noticia sin cargar las tintas, sin mostrarse partidista y, en el fondo, sin contar lo que verdaderamente había ocurrido. Fue una manera prerracional de hacerlo, de estilo mítico, por el recurso al poder de figuras antropomórficas para explicar la realidad. Como si los micrófonos jugaran a algo, como si el mal proviniese no de las personas, sino de los pobres artefactos. Se intentaba derivar así la responsabilidad de lo ocurrido a los micrófonos.

Parece creíble que asistir a un desfile de estos debe de ser bastante coñazo. Pero este Rajoy, si nos creemos lo que decía hasta ahora, debía de ser de los que gozaban ideológicamente con tales asuntos. De hecho, siempre andaba dando la lata con la patria, las banderas, los símbolos y las gaitas (las de Génova, queridos y queridas que tenéis el alma gallega). El año pasado, sin ir más lejos, por estas fechas hizo un estruendoso e histriónico llamamiento a las gentes para que acudieran al mismo acto y mostraran así sus sentimientos. Ahora vemos que aquello era una patada a Zapatero en el culo de los ciudadanos. Y vemos también que este tipo es un falso de mucho cuidado, que dice una cosa, pero está pensando otra, y que es capaz de defender cualquier postura si con ella sale beneficiado en sus intereses. Ya dio muestras de ello cuando se rodeó de lo más extremo de la derecha y empezó a dar el coñazo bien dado, de la manera más impresentable e inaguantable que pudo, hasta que fue capaz de cosechar en las urnas una derrota que nos salvó momentáneamente de tales elementos. A raíz de aquello dijo que iba a cambiar, pero nunca supimos de qué, si de manera de pensar o de forma de actuar. No ha cambiado en nada. Rajoy sigue siendo Rajoy: un claro representante de la doble moral, una mente vieja que genera un discurso casposo y no creíble, un acomodaticio, un falso y un mal representante del Negocio, con sus propios enemigos dentro de casa. Un coñazo de tío.



Rajoy durante el desfile de las Fuerzas Armadas del año 2007.

Foto tomada del diario El Mundo.

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miércoles, 15 de octubre de 2008

Lo que hay que ver / 1



En la Fundación ICO, en Madrid, en la calle Zorrilla, nº 3, detrás del Congreso de los Diputados, acaba de inaugurarse una curiosa exposición de Guillermo Pérez Villalta que podrá visitarse hasta el 7 de diciembre de 2008. Se titula Artífice y creo haberla visto –toda o parte de ella-, en la Sala Chicarreros –mil gracias, Charo Barrios-, en el espléndido edificio en el que la Caja de Ahorros Cajasol expone en Sevilla diversas manifestaciones artísticas.

Pérez Villalta, nacido en Tarifa (Cádiz) en 1945, es uno de los pintores más importantes de la actualidad en España. Pero la exposición que comento no es de pintura porque G.P.V. –así firma- es pintor, pero no sólo pintor. Parece más bien un artífice del Renacimiento. Ha diseñado edificios, joyas, tapices, muebles, azulejos, esculturas, forja y un sin fin de objetos que hacen de él un artista en un sentido muy amplio. Su trabajo mereció que en 1985 le otorgaran el Premio Nacional de Artes Plásticas.

La exposición muestra un poco de toda esta producción y merece la pena ser vista despacio, degustando los guiños simbólicos que ofrece el artista y descubriendo su intento de unir la belleza con la vida cotidiana.
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martes, 14 de octubre de 2008

Paseando por la vida / 7


Esto me lo enviaron por correo electrónico. No sé si será verídico o no, pero no me extrañaría.


Lo transcribo por si no se lee bien.


Comité de Milicias y Defensa de la Ciudad

Vale por seis polvos (porvos) con la Lola ....... para las Milicias.

Toledo, 21 de septiembre de 1936.

Er comité.

Firma: Responsable.

No se puede transferí




No sé cómo titular este post, ni qué etiquetas ponerle.

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lunes, 13 de octubre de 2008

¿En qué consiste actuar como un ser humano? / 2

Lo tomo del blog de hoy de Juan Cruz:
...los agujeros antiguos de la intolerancia ignorante que tan arraigada
está en este país a veces abierto y a veces encerrado como un puño
mezquino.

La ignorancia. Acabo de hablar en clase del intelectualismo moral. Para actuar bien, hay que saber qué es el bien. El que actúa mal no es culpable, sino ignorante. Si supiera lo que es el bien, no actuaría mal. La ignorancia. La madre de todos los males, seguramente. Y, sin embargo, galopa con brío y toma posiciones y se adueña del mundo. Incluso es alabada. Y el ignorante se ríe del sabio.

Agujeros antiguos. La antigüedad. Otra lacra, propia de vagos vitales, que termina ligada a la ignorancia y generando sufrimiento.

Y la intolerancia. La chulería del que se cree superior, del que no se sabe igual a todos los demás, la del que, por algún capricho absurdo, opina que no debe dejar vivir a los demás como ellos quieran.

Vaya mundo.

(Le dedico esta entrada con cariño a A.S., a la que quizás le tenga que pedir disculpas. En todo caso, lo hago ahora.)

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Carajo / y 2

No está clara la etimología de carajo. En todo caso, el carajo es el nombre que se le daba en la edad media a una plataforma circular situada en lo más alto del palo mayor de los barcos veleros. Desde ella se divisaba la tierra firme u otros barcos. Cuando se quería castigar a algún marinero o, simplemente, cuando después de estar mucho tiempo en la mar se encontraba muy nervioso, se le enviaba durante algún tiempo al carajo. Era el peor destino que podía tener porque estar mucho tiempo allí arriba era muy duro. El sol durante el día, el frío de noche y los vaivenes del barco, que se sentían con mayor intensidad en ese lugar, producían unos mareos y unas náuseas tremendos. Todo ello hacía que el marireno volviera de su castigo "acarajotado", es decir, mareado, cansado, agotado, como medio ido.


Mandar al carajo equivaldría hoy a mandar lejos a alguien que no nos deja vivir, a ver si vuelve más sosegado y deja de darnos la lata.


No sé si, en lugar de chirimbolos, habría que instalar carajos en la vía pública. Porque ¿a que tú tienes varios candidatos?

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domingo, 12 de octubre de 2008

Uf

Acabo de leer, como casi todos los días, el blog de Juan Cruz, al que puedes llegar desde esta misma página. Su título, La vida en un trastero. Un tema aparentemente intrascendente, o quizás lo sea así para bastantes personas. Para mí no lo es porque a mí lo que me lleva al pasado son las cosas y me cuesta tirar aquello que ha sido importante o cotidiano en algún momento. A él parece que le pasa algo así también.

En mitad de su escrito, que, en parte, es una justificación de su decisión de no tirar nada hasta esperar a tener tiempo para revisarlo –una ingenuidad, nunca hay tiempo para esas cosas, a menos que se esté profundamente desocupado-, introduce una curiosa expresión: Uf. Es una expresión rara, de las que entretienen al semiólogo pero que intranquilizan al hablante. Yo la suelo usar, y cuando lo hago con frecuencia, me empiezo a preocupar, porque es signo de que la dificultad o la adversidad están presentes. ¿Qué significa uf? No lo sé. Lo que me resulta curioso es que la expresión no creo que tenga un significado concreto, pero, sin embargo, tiene una carga expresiva tremenda.

No sé si los que estudiáis Teoría de la comunicación o algo parecido –siempre me han gustado mucho estas cosas- tendréis algo que decir sobre este tipo de términos.

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sábado, 11 de octubre de 2008

Carajo /1

El presidente de la república de Venezuela tiene una enorme facilidad para mandar al carajo a todo aquél que no le cuadra en sus planes. Recientemente mandó al carajo a los yanquis de mierda, como se puede recordar en este vídeo









Ya antes había enviado al mismo lugar a los representantes de la burguesía internacional:







Mandar a alguien al carajo. Pero ¿qué quiere decir 'mandar a alguien al carajo'? Porque nos estamos acostumbrando a insultar por insultar, sin saber qué es exactamente lo que decimos cuando insultamos. Y así se pierde mucha calidad. Si insultas, al menos debes saber lo que dices. Si el presidente Chavez o, quizás, alguien más cercano te manda alguna vez al carajo ¿qué es lo que te está diciendo?

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viernes, 10 de octubre de 2008

Paseando por la vida / 6



Hay una alameda en Alicante en donde se ven unos espléndidos ejemplares de ficus, como el de la fotografía. El tronco, o las raíces quizás, me parece que tienen una enorme capacidad expresiva. ¿Quién no se emociona o, al menos, no se ve interpelado al contemplar este barroquismo vegetal? ¿No parece que el árbol quiere agarrarse a la tierra por todos los medios posibles? ¿No es lo que hacemos tantas veces? Agarrados a la tierra.
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jueves, 9 de octubre de 2008