Cerca de la mitad de las repartidoras de comida a domicilio han declarado haber sufrido alguna violación de sus derechos en el desempeño de sus funciones. No solo muchas de ellas se encuentran en una posición de desventaja respecto a sus compañeros varones, sino que muchas sienten profundo pavor ante las amenazas que pueden sobrevenirles en el trabajo. No son pocas las que han tenido que soportar comentarios machistas o sexistas sobre su aspecto cuando han entregado los paquetes...
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