A uno lo acostumbraron a cumplir normas y a comprender por qué debía cumplirlas. Su vida fue creciendo con los otros dentro de un mundo. A otro no le hablaron siquiera de que existían normas ni de que era necesario cumplirlas. Los otros para él no eran nada. Creció como un bruto en medio de la selva y, en el fondo, siempre estuvo solo.
Buenas noches.
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