Hoy, mientras cumplía con el débito
caminante, me ha parado un joven por la calle y me ha preguntado
dónde estaba el Metro. Le dije que me acompañara, porque yo iba en
esa dirección. Me ha contado que se dedicaba a repartir propaganda,
pero que lo ha dejado, porque le habían ofrecido 35 € por trabajar
desde las 8 de la mañana a las 5 y media de la tarde y que, cuando
fue a empezar la jornada, el jefe le dijo que no tenía dinero y que
sólo le iba a pagar 20 €. El joven le contestó entonces que lo
dejaba, que una cosa era trabajar y otra que lo explotaran. Además,
había recibido una llamada para una entrevista de trabajo y casi
seguro que se lo iban a dar.
Le indiqué el camino hasta el Metro y
seguí mi camino. No me quedé en paz.
Buenas noches.
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