Y sientes de repente que todo tu interior se viene abajo, que tus músculos se desfondan y que hasta la garganta se te ahueca. Notas que los ojos miran hacia abajo y que las cejas y las comisuras de los labios descienden hasta no poder más. Lo que antes te unía a los otros es ahora una carga que arrastras sin que te apetezca hacerlo. Sus meros nombres te molestan y el vacío llena los huecos que te dejaron libres. Andas más despacio. Piensas más despacio. Estás rodeado de gente que te es indiferente porque ya nadie significa nada. La idea de amor se hace débil, tambaleante, perezosa. Las ganas de seguir se difuminan y se degradan. El futuro nos aparece sin color, sin formas, sin calor, sin futuro. Te das cuenta de que estás solo.
Nos parece increible lo fácil que te resulta expresar con palabras los sentimientos. Es precioso, humano y sincero. Un beso.
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