Unos autodenominados periodistas que han formado una cadena de corte católico, neoliberal y ultraconservador ha emitido esta especie de anuncio intentando desprestigiar a los homosexuales.
Afortunadamente, el Ministerio de Industria le ha impusto una multa de 100.000 euros.
Vivimos en el siglo XXI, pero no todos.
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