Una de las actitudes más falsas y más
peligrosas que podemos tener es la de creer que las cosas no son
complejas, algunas muy complejas, sino simples. Quienes no son
capaces de pensar correctamente la realidad, sino únicamente de
reconocer en ella lo que creen conocer, generan una visión
simplificada, falsa y ajena a lo que ocurre.
Hay quienes, por si
fuera poco, basándose en esta interpretación falsa, toman
decisiones graves, a veces violentas, que resultan injustas y
dañinas. Existen especialistas en difundir estas visiones distorsionadas, simples e infundadas de la realidad. Y hay quienes gozan creyéndose estos
infundios simples, que se ajustan muy bien a sus intereses y a sus
parcos conocimientos. Ambas actitudes se complementas y generan un
daño y una tristeza enormes en quienes intentan salir de la
ignorancia e intentan comprender la complejidad de todo lo que ocurre
en la vida.