viernes, 2 de septiembre de 2022

Desnuda y agresiva

 


Lo necesito, lo deseo, lo quiero: el silencio o, al menos, el sonido no invasivo, que permita escuchar y hablar a todos y que no se empeñe en ser el único posible. Pero parece que todos hacen su ruido abrupto para reivindicarse como seres vivos, para sentirse realizados como algo existente. Estoy en la terraza del bar “La sonrisa”, en pleno centro de la ciudad. Pasa el tranvía, que tiene que hacer sonar su campana y hasta su claxon para que quienes consideran que el espacio es suyo lo dejen pasar. A veces se tiene que parar porque quien está en la calle no le concede el derecho a pasar por sus vías. Pasa el motorista, con su enorme tubo de escape preparado para que suene a “Aquí estoy yo”, siendo “yo” un mero ruido. Pasa un coche vulgar conducido por un ser vulgar que considera una vulgaridad la prudencia y otra cumplir las leyes. Ataca con las ventanillas bajadas por las que expulsa una música simplona y repetitiva, y emite un amenazador ruido de acelerador para, en cuanto puede, salir disparado en medio de la gente. Los perros ladran aquí y allí. Unos parecen tenores y otros bajos, pero sus amos son ajenos a la música canina y a su cansina frecuencia. Hay niños que lloran, otros que corren y otros que juegan gritando entre las mesas. Un cliente de la mesa de al lado grita sus cosas a tal volumen que nadie a su alrededor es capaz de mantener su propia conversación. En medio de ese universo, tan lleno de ruidos y tan vacío de silencios, que aparece cada noche en “La sonrisa” y en cualquier otro lugar, me tomo un vino tinto, siempre el mismo, porque ni los clientes cambian el ruido ni en estos bares traen un vino nuevo que represente un aliciente gratificante para acudir a ellos. Aquí la monotonía es ruidosa.

Hace unas noches la vida, que es de todo menos monótona, produjo un suceso, no sé si pequeño o grande, para que quienes lo presenciaran tuvieran algo sobre lo que pensar o, al menos, hablar. Estaba sentado en la terraza viendo pasar a la gente con sus ruidos, como siempre. De pronto oí un ruido algo mayor. No le hice mucho caso porque pensé que sería algún individuo con el grado de vacío más alto de lo habitual. El ruido se fue haciendo rápidamente más alto, y parecía que se producía más cerca y a mis espaldas. Era un ruido como de mesas tiradas al suelo y de cristales rotos. Un cierto revuelo entre la gente me hizo reaccionar. Me volví y vi venir con paso decidido y a bastante velocidad a una chica desnuda de cintura para arriba, con una pizarra doble en las manos que anunciaba los productos que ofrecían en un bar de unos metros atrás. Llevaba la mirada fija y parecía dispuesta a todo. Un cliente que estaba en la dirección en la que circulaba la chica se levantó y cogió su silla como arma defensiva, apuntando con las patas a la decidida invasora. Al llegar a nuestra altura, lanzó la pizarra contra las mesas desde las que disfrutábamos de los ruidos habituales. Por suerte, no le cayó encima a nadie, pero destrozó unas botellas que había en una mesa y nos dio un enorme susto a los que estábamos allí. Ella siguió su camino hacia no se sabe dónde, a riesgo de resfriarse por el fresco de la noche y el escaso atuendo que llevaba. En seguida llegó la policía, acompañada de una corte enorme de desocupados deseosos de emociones fuertes. Parece ser que la detuvieron y que no era la primera vez que dejaba de tomar la medicación y montaba un espectáculo en pleno centro de la ciudad. Yo me imaginé que me podía haber estampado la pizarra en la coronilla, pero rápidamente deseché la imagen, porque bastantes situaciones lamentables nos ofrece la realidad como para que, encima, nos imaginemos más.

Luego pensé qué habría que hacer con aquella pobre chica, enferma de algo y desatendida del todo. Más que una comisaría necesitaría atención médica, pero ¿dónde? Me dijeron que es huérfana y que sus hermanos están igual que ella. Esta chica no puede estar sola, sin control de los medicamentos que debe tomar, pero ¿dónde situarla? Parece que la detienen y la sueltan, para volverla a detener y a soltar. ¿Está lo que queda del sistema público de salud preparado par atender a estas personas y, de paso, protegernos a los demás?

En todo caso, el silencio o, al menos, el sonido humano siguen siendo lujos lejanos y ausentes.



Bocas que se cierran, de Berta Carmona

 


Es relativamente fácil escribir relatando hechos, sucesos que ocurren 

en alguna parte, pero describir los sentimientos y las emociones que 

viven dos personas es, con toda claridad, difícil. Y lo es más si esas 

dos personas están enamoradas, tienen una carga de vivencias en el 

pasado que les hace vivir sintiéndose vulnerables y llenos de 

miedos,  y lo que cuentan es precisamente su enamoramiento. Todos 

hemos sentido el poder del miedo en nuestras vidas. A muchos nos 

tocó sufrir una educación en la que el criterio central era el miedo: al 

maestro, a los padres o, quizá, a algún familiar. Y más tarde, ese 

miedo lo aplicamos al fracaso, a lo desconocido, a las recaídas, 

incluso puede que al más allá. 

Sonia y Pedro, los protagonistas de Bocas que se cierran, tienen 

miedo. Y Berta Carmona ( berta@bertacarmona.es ), la autora de 

esta novela editada por Rubric ( www.rubric.es ), nos lo cuenta 

mostrándonos de nuevo lo magnífica escritora que es, logrando que 

entremos en la mente de los amantes, que hagamos nuestras sus 

vivencias y que sintamos como nuestras las alegrías y las

problemáticas situaciones por las que atraviesan. El buen escritor 

hace fácil lo difícil, permite comprender mejor lo complejo y logra 

que los personajes pasen del papel del libro a nuestra mente.

Es lo que Berta Carmona ha conseguido en este libro, cuya lectura 

supondrá, sin duda, un acercamiento a la respuesta a esa pregunta 

que puede que nos venga de vez en cuando a la cabeza: ¿qué es el 

amor?

Regis Debray. El Calendario de Pensadores y Pensadoras de Bautista. 2/ 9/ 2022



Tal día como hoy de 1940 nació Regis Debray


Tienes más información aquí.




jueves, 1 de septiembre de 2022

El Compositor Habla. Septiembre 2022




 El objetivo principal de "El compositor habla" es el de crear un repositorio neutral, independiente e imparcial de entrevistas, perfiles, noticias e informaciones sobre creación musical actual, compositoras y compositores.

Puedes ver la agenda del mes de Septiembre de 2022 pulsando aquí.

Françoise Collin. El Calendario de Pensadores y Pensadoras de Bautista. 1/ 9/ 2022



Tal día como hoy de 2012 murió Françoise Collin


Tienes más información aquí.




Los jueves, músicas nuevas. Phoenix

 



PHOENIX es un grupo de indie-pop francés, de Versalles, que tiene una larga trayectoria de años y de discos. Para anunciar que vuelven al estudio y a los escenarios han lanzado este divertido videoclip.

miércoles, 31 de agosto de 2022