Tal día como hoy de 1880 nació John Foulds.
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El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
Tal día como hoy de 1880 nació John Foulds.
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Sé consciente de que estás vivo.
Descubre en cada experiencia lo que es la vida.
Tiempo de difuntos. Tiempo de vivir la muerte. Tiempo de vivir urgentemente la vida.
Recientemente he sentido el fallecimiento de un familiar. Al ir a consolar a una persona muy allegada a la difunta, me dijo que la vida y la muerte van inseparablemente unidas, que si se acepta la vida, se acepta la muerte. Creo que tenía razón. La vida es el más o menos largo principio de la muerte, y la muerte es el final de la vida. No hay vida sin muerte ni muerte sin vida.
Sin embargo, hay una muestra de una cultura humanamente pobre que separa estas dos realidades y considera que la muerte es una desgracia que le ocurre a la vida, una enfermedad sin remedio que sufre. Es como si la muerte fuera algo exterior a la vida. La poca reflexión trae a veces estas rarezas.
Se va extendiendo también la costumbre de celebrar asuntos relacionados con la muerte mediante fiestas importadas, cuyo sentido, en general, se desconoce, pero que españolizamos rápidamente, las convertimos en negocios, aprovechamos para dar salida al gusto popular por disfrazarse y terminamos, como siempre, con una buena dosis de alcohol. Que nunca falte la fiesta.
Es un asunto muy serio este de la muerte. Heidegger definía al ser humano, creo que con razón, como un ser para la muerte. Sin embargo, aunque la muerte sea un tema serio, no tiene por qué ser triste. Es serio porque no deberíamos perder nunca de vista la realidad de que nos vamos a morir, que nos tenemos que morir. Pero esto, en lugar de sumirnos en la tristeza, debe hacernos despertar la urgencia por vivir, la necesidad ineludible de vivir intensamente. Cada día son veinticuatro horas únicas que no podemos dejar de vivir, so pena de perderlas. No se trata de dejar pasar el tiempo, ni de perderlo. Se trata de vivirlo y de vivirlo bien, pero este -el de en qué consiste vivir bien- es otro asunto en el que también hay que pensar, con tanta o más intensidad que en el de la muerte.
En realidad no es una noticia que miembros del Partido Popular, y el propio partido, sean condenados por la justicia por llevar a cabo maniobras oscuras con dinero negro. Ya lo fueron en una anterior ocasión y están en juicios por otras varias. Que la ley se aplique a personajes y a organizaciones públicas está muy bien y dice algo bueno de nuestro Estado de derecho.
Lo que me preocupa es que el suceso sea visto por los ciudadanos como un simple fenómeno legal, como la aplicación de la ley a unos delincuentes. Creo que lo que este país necesita es que estos hechos se enfoquen desde un punto de vista moral, ético.
¿Qué valores defienden las personas y los partidos que actúan así?
¿Qué respeto muestran a los ciudadanos a quienes gobiernan?
¿Piden disculpas por lo que han hecho?
¿Qué ejemplo de comportamiento social dan a quienes les observan?
¿Les preocupa que sus votantes no vean mal lo que hacen porque ellos, si pudieran, harían lo mismo?
¿Qué sociedad quieren construir?
¿Qué es lo más importante para ellos?
Si todos actuásemos como actúan ellos, ¿cómo viviríamos?
¿Tratan a los ciudadanos como seres a los que se les puede robar porque o no se enteran o no quieren enterarse o están de acuerdo en que les roben?
Cuando el cinismo, la falta de respeto, la codicia y la falta de ética se hacen normales, ya todos -todos- estamos perdidos.