sábado, 21 de febrero de 2015

viernes, 20 de febrero de 2015

Buenas noches. Noche y día




Después de la noche siempre viene el día. 

En tantas cosas … 

Buenas noches.

Los viernes, etimologías. Hierro, acero.



HIERRO

Hacia 1200 a.C. los dorios invadieron Grecia y los hititas dominaban Anatolia. Estos pueblos indoeuropeos tenían armas de un material superior, el hierro. Las puntas de bronce rebotaban en los escudos de hierro y las espadas de hierro rompían los escudos de bronce. El descubrimiento del hierro en el centro de Europa fue llegando poco a poco a todos los rincones del mundo conocido. El hierro es muy abundante en la corteza terrestre, pero la temperatura de fusión es mucho más alta que la del cobre y solo en aleación con el carbono adquiere dureza y ductilidad. El hierro es un descubrimiento de una época en que las tribus indoeuropeas ya estaban diseminadas, por eso no hay un nombre común a estas lenguas como sí lo hay para el caballo, el toro o el cerdo. En latín se llama ferrum. El castellano elimina por influencia euskera la h inicial y diptonga la e>ie. Bueno, en muchas partes de América aún se dice fierro. La f inicial la recupera el adjetivo férreo. En catalán y en gallego-portugués es ferro. Pero en euskera es burdiña, quizás derivado de urdiñ, azul. En castellano hierro tiene muchos derivados: herrar, herradura, herrada, herrero, herramienta, herrumbre, aferrar, ferretería y Ponferrada, por el puente reforzado con hierro que el obispo Osmundo hizo para los peregrinos en el s. XI. En griego el hierro es síderos, de donde viene siderurgia. En cambio sideral no tiene nada que ver, viene de otra raíz, de sidus, estrella, y de esta deriva considerar, en principio examinar las estrellas.

ACERO

Es la palabra latina aciarium, derivada de acies, que significa filo, y era el nombre que todos los estudiantes de latín se encontraban en sus terribles textos de las traducciones significando batallón, escuadrilla. Las acies romanas atacando a diestro y siniestro. Uno ya de mayor descubre que hay otros textos preciosos en latín, por ejemplo de tema amoroso, pero que se nos escamotearon cuando éramos niños; ¿el sexo es muy peligroso, la guerra no? De la misma raíz que acero son agudo, aguja, agrio, ácido, aceite. El acero, aleación de hierro y carbono, aparece en época plenamente histórica, en el Mediterráneo, y esta aleación se convertirá en el más importante material durante siglos, para las armas (acero se convierte por metonimia en sinónimo de espada, "desenvainó el acero"), para instrumentos domésticos y para la industria en general. El sonido originario, gutural y sordo, K, de acutus, agudo, se vuelve sonoro en agudo, aguja, pero ante e, i viene a pronunciarse con los dientes en acero, ácido, aceite, y solo en cultismos como acutángulo recupera su articulación originaria.


Ética para todos. 21. No escupir en el suelo



La norma prevista para hoy era la que dice que
“No se debe escupir en el suelo”.
Probablemente sea algo que a ti, lector o lectora, no te guste hacer y, mucho menos, te guste presenciar. De lo que se trata aquí es de que veamos por qué es una norma que debe cumplirse y qué tipo de norma es.

¿Es una norma jurídica? Recuerdo que hace algún tiempo en los autobuses solía haber unos carteles que decían: “Prohibido hablar con el conductor” y “Prohibido escupir”. Cuando apareció la moda de eliminar las prohibiciones, esas placas desaparecieron y es verdad que parece que no vamos escupiendo en los transportes públicos. No conozco que actualmente esa prohibición figure en ningún código, por lo que me atrevería a decir que no es una norma jurídica.

¿Es una norma moral? Veamos si cumple las tres condiciones.

¿Por qué no es bueno escupir en el suelo? En la boca -y en la saliva- existen multitud de bacterias, aunque estemos sanos. Si no lo estamos, por ejemplo, si tenemos un resfriado, en la saliva hay también virus correspondientes a nuestra enfermedad. En este caso, además, cuando escupimos, podemos expulsar la mucosidad cargada de gérmenes asociados al resfriado. Si todo esto queda expuesto, por ejemplo, en el suelo, pueden venir fácilmente insectos que los transporten a alimentos o a zonas en las que te puedes contagiar. Escupir, por tanto, es expulsar fuera posibles focos de infección.

Si yo considero que es bueno no escupir para evitar contagiar a los demás, entonces puedo sentirme yo mismo obligado a cumplir esta norma, que es lo que dice la primera condición.

¿Es tan buena la norma que todo el mundo debería cumplirla? Evidentemente, sí. Cumple también, así, la segunda condición.

¿Obtengo yo algún beneficio cumpliendo la norma? Está claro que no. En todo caso, el beneficio lo obtendrán los demás. Si, además, yo cumplo la norma porque la considero buena y sana, entonces cumplirá también la tercera condición.

Podemos afirmar, por tanto, que la norma de no escupir en el suelo es una norma moral.

Es muy importante que veamos las razones que justifican estas normas -las que se consideran de buena educación- para no cumplirlas como autómatas, sino sabiendo lo que hacemos y por qué lo hacemos.

Te propongo que analices para la próxima ocasión la siguiente norma:
“No debo hacer pintadas en paredes que no son de mi propiedad.”
Si tienes algún comentario que hacer sobre lo que hemos visto, no dudes en hacerlo.