El beso es una convención que nos
relaciona con las otras personas. La mera existencia del beso
demuestra la necesidad que tenemos de dar cariño y de recibirlo. ¿No
has sentido nunca la necesidad de dar un beso? ¿No te gusta que te
besen? El beso es la manera más sencilla y más noble de mostrar el
cariño entre dos personas. Digo 'noble' porque los besos deben ser
nobles, esto es, desinteresados, sin que se los use para obtener con
ellos algo a cambio.
La belleza del beso está en lo que
simboliza. No es sólo el contacto físico agradable de unos labios
con una parte del cuerpo de la otra persona. Lo grande del beso es
que a través de él expresamos nuestra actitud y nuestros
sentimientos y emociones. Un beso debe hablar y debe decir lo que las
palabras no aciertan a explicar con intensidad. Un beso bello
requiere una cierta calma, un contacto físico, una acción de los
labios que haga que la otra persona sienta que está siendo besada,
un cierto sonido que realce lo que se está haciendo, una sonrisa que
acompañe lo que se está dando y lo que se está recibiendo con el
beso.
Nunca entendí esos besos que se dan al
aire, que parece que amagan, pero que se quedan en un leve roce de
mejillas. He visto y he sentido besos protocolarios, forzados,
huecos, sin alma, mudos, de compromiso, incluso tirados al viento.
Siempre me han parecido muecas bobas, meras rutinas vacías, pero no
besos. Tampoco entiendo mucho dónde está la frontera más allá de
la cual un beso parece que se transforma en no sé que cosa casi
íntima que se considera 'amorosa'. Esto me parece de una antigüedad
bastante rancia. Un beso, si quiere ser humano, si quiere ser bello,
tiene que ser un acto de toda la persona. Besamos con los labios,
pero, a través de ellos, el beso debe poder transmitir todo el
afecto, el cariño y la consideración que nos merece la persona
besada. Si me presentan a alguien, no quiero que mi beso le dé una
impresión de indiferencia, sino de acogida cariñosa. Si quiero a
alguien, no quiero que piense que mi beso es un acto protocolario y
frío. Si te envío un beso por internet, quiero que pienses que,
aunque estemos lejos, aunque puede que no nos conozcamos, te quiero
transmitir mi cariño. Si te doy un beso, quiero que ese beso esté
lleno, que entiendas con el beso que te estoy queriendo.
Me gustaría un mundo de besos llenos
de vida, una vida llena de besos, porque esos serían un mundo y una
vida bellos, humanos, vivibles, en donde el cariño brillaría por
encima de tantas otras cosas sin valor. Por eso cada noche, a las
puertas del sueño, intento que creemos una nube de cariño, de
besos. Un símbolo de lo que podría ser un mundo bueno. Hoy te mando
un beso que espero que te hable bien de mí. Buenas noches.