El problema fundamental de la vida es un problema ético. ¿Cómo actuar hoy para crear un mundo más humano? ¿Cómo actuar de manera humana para crear un mundo mejor?
jueves, 1 de diciembre de 2011
Día contra el SIDA
martes, 29 de noviembre de 2011
¿Por qué usas las pieles de los animales?
¿Por qué hay personas que se abrigan con ropas fabricadas con pieles de animales? Muchas de estas personas no conocen el sufrimiento atroz que se infringe a los animales para obtener sus pieles. Otras lo saben, pero no tienen la sensibilidad necesaria para condenar estas prácticas. ¿Por qué hay personas que van destrozando la naturaleza, a veces para obtener beneficios y otras porque sí, porque se creen con el derecho a hacerlo? ¿Por qué se ponen en peligro y se eliminan especies por sobreexplotación o por vertidos tóxicos? ¿Por qué sufrimos las consecuencias de un efecto invernadero generado por la actividad humana? ¿Por qué el debilitamiento de la capa de ozono está poniendo en peligro nuestra salud?
Las respuestas a todas estas preguntas son complejas y tienen matices muy variados, pero por debajo de todas ellas late una idea antigua, trasnochada y peligrosa: la de que el humano es el ser más importante de la Naturaleza -el ser más importante de la creación divina, decían los medievales-, el rey del mundo, el ser a cuyo servicio debe estar toda la realidad.
Este antropocentrismo, que tantas vidas de seres de la naturaleza, incluidas las humanas, ha costado, debería ya haber sido criticado y rechazado por las mentes de los seres humanos del siglo XXI. Cualquier ser humano actual, que haya sido educado en un pensamiento racional sano y en una ética ecológica libre de supersticiones y de preceptos religiosos irracionales, debería tener claro que el ser humano es un ser más de la Naturaleza, no el principal ni el más poderoso, sino uno más. Más complejo, si se quiere, con más posibilidades, pero también con más responsabilidades y con más capacidades para actuar sin tener que seguir pautas brutas propias de seres menos dotados que él.
No hay manera de que el ser humano actúe respetando la Naturaleza como no se base en valores culturales como el respeto y la igualdad. El neoliberalismo económico y mental en el que estamos inmersos, muchas veces sin ser conscientes de ello, propone como normal el uso y el abuso de la Naturaleza para obtener beneficios en favor de los usuarios. Una ética humana, ecológica, igualitaria, respetuosa y con un futuro vivible por todos nunca podrá justificar estas prácticas ni considerará al ser humano como el eterno privilegiado de la Naturaleza. Somos uno más entre todos. Todos tenemos derecho a ser.
Si te vuelcas, no te caerás
En la vida hay cosas indemostrables porque superan el alcance de la razón para hacerlo. Vas buscando algo que necesitas, pero no lo encuentras, y si te quedas ahí, te hundes. Hay, no obstante, una posibilidad que resulta paradójica, ilógica, absurda y, además, hay que tener ganas de vivir para probarla. Se trata de que pongas tú antes lo que no encuentras, de que des tú lo que quieres que te den, de que tengas el gesto chocante y altanero de ofrecer tú lo que necesitas. El resultado te sorprenderá, estoy seguro. Si te vuelcas, no te caerás.
lunes, 28 de noviembre de 2011
Silencios
Se verá a leguas de distancia el silencio de Rajoy. No hace ni diez días arrojaba palabras a gritos, con esa imagen de enfado permanente con el que viene expresándose desde hace años. Le interesaba entonces que se le oyera, tenía la necesidad de hacerse presente produciendo ruido, aunque el contenido informativo de sus palabras fuera muy escaso o nulo. Una vez que le dieron el poder, cesó esa necesidad de presencia y ha vuelto ahora a su estado más querido, el de la reclusión lejos de la plebe y abandonando el cuidado de los que le otorgaron su confianza. O sea, que ya tenemos otra vez el Rajoy de siempre. Dicen que se está reuniendo con los que tienen el poder, banqueros y gente así, lo cual es bastante significativo, pero el olvido de los que lo han aupado a donde está también lo es.
Hay otro silencio que también puede resultar ensordecedor. Es el de los impulsores del 15 M. Todo movimiento encaminado a crear conciencia entre los ciudadanos debe ser siempre bienvenido y defendido. Pero, como en todo, las circunstancias están siempre indisolublemente unidas a los hechos y, en consecuencia, no es lo mismo efectuar una crítica feroz de ciertos partidos clave en la sociedad española actual antes de las elecciones que llevarla a cabo después de haber votado. Como algunos veíamos venir, las movilizaciones del 15 M lograron dividir y, en bastantes casos, llevar a la abstención a los votantes de la izquierda, con el consiguiente beneplácito de la derecha, que, muy agradecida, ha recogido los frutos de la maniobra logrando una mayoría absoluta.
Ya pasaron las elecciones y tenemos ahora un futuro presidente del Gobierno que está recluido en sus habitaciones sin dirigir una palabra ni al pueblo ni a sus votantes sobre los planes de gobierno que tiene, si es que los tiene. Porque una de las posibles interpretaciones de este silencio es que no tiene los deberes hechos, que no tiene ningún plan previsto y que en la campaña electoral no dijo nada concreto porque no tenía nada concreto que decir.
Y este debería ser el momento en el que el 15 M saliera a la calle a crear conciencia crítica entre los ciudadanos. Tendrían, al menos en teoría, cuatro años para hacerlo y para que en las próximas elecciones los ciudadanos fueran sabiendo lo que fuera. Pero por lo que se ve están callados. Aquí nadie habla nada y el silencio puede convertirse de un momento a otro en un grito de no se sabe qué.
domingo, 27 de noviembre de 2011
sábado, 26 de noviembre de 2011
viernes, 25 de noviembre de 2011
Contra la violencia de género, igualdad.
Hoy es un día para recordar que hay que erradicar la violencia contra las mujeres. Muchos son los frentes en los que hay que luchar, pero el más útil -y el más difícil- quizás sea el de la educación. Me refiero a la educación de los jóvenes, pero también a la de todos los ciudadanos. Cualquier persona debe ocuparse durante toda su vida de educarse constantemente si quiere llegar a convertirse en un ser humano.
Y vivir de una manera educada consiste en intentar hacer reales en la sociedad los valores que se consideran importantes. Entre estos, creo que uno de los más necesarios y de los más humanos es el de la igualdad.
El principio de igualdad, que dice que “todos somos diferentes, pero iguales”, debería estar en la base de nuestras ideas y de nuestros comportamientos. Todos somos diferentes, esto es, tenemos un físico diferentes, pensamos de manera diferente y vivimos de una forma diferente, pero, a pesar de eso, todos tenemos los mismos derechos, todos somos personas, todos somos iguales. Cualquier pensamiento o cualquier actuación nuestra deberían estar impregnados de este principio.
Y, siendo realista, en nuestra sociedad el mayor foco de discriminación, de trato diferente al otro, es el machismo. Hay hombres que tienen mucho interés en sentirse superiores a las mujeres, pero sólo por el hecho de ser hombre. Puede que sea un zoquete bárbaro, pero, como es hombre, se cree estúpidamente suprior a las mujeres. Normalmente el machista es un ser humanamente débil, posiblemente bruto, pero que intenta salvar su poca humanidad tratando con brutalidad a las mujeres, para creerse así él mismo que es superior. El machista siempre tiene mucho interés en serlo, porque lo que busca es servirse de la mujer.
Hay mujeres que, lamentablemente, les siguen el juego a los machistas y pierden su dignidad asumiendo la inferioridad que el machista quiere que ejerzan. Son mujeres que puede que arrastren problemas económicos, por no haber estudiado o no tener una profesión o un trabajo, o que su nivel cultural les haga asumir sin problemas ese rol secundario que el machista le quiere endosar. Tienen que saber esas mujeres, y convencerse de ello, que son seres humanos, personas con las misma dignidad, el mismo valor que los hombres, y que no deben soportar un trato vejatorio e impropio de un ser humano. Seguramente toda la propaganda que se haga para tener alerta a estas mujeres en riesgo sea poca. Por eso hay que insistir y avisar de cómo actúa el machista, para tratar de evitar que estas mujeres caigan en las redes de la brutalidad machista.
No olvidemos nunca el principio de igualdad: Todos somos diferentes, pero iguales.
jueves, 24 de noviembre de 2011
Cómo
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