martes, 25 de octubre de 2011

Te quiero





Si ahora que quieres a tu pareja, a tu familia, a tus amigos, a todos los que quieres, no se lo dices, ¿cuándo se lo vas a decir? ¿para cuándo lo  vas a dejar?

A mí me gusta mucho que me quieran y que me lo digan. Y cada vez lo digo yo con más facilidad. Sin embargo, estos días he recibido en dos ocasiones, con más alegría que la que da el 'te quiero', otras dos palabras igualmente claves, igualmente mágicas, igualmente reconfortantes. Me las dijeron el oftalmólogo y la médica de cabecera después de sendas revisiones rutinarias: 'todo bien'.

No se me ocurriría ir a preguntarle nada ni al politólogo, ni al sociólogo, ni al antropólogo ni al cosmólogo.

The Zombie Kids




lunes, 24 de octubre de 2011

Hasta la cúspide





Estoy de las ocurrencias, del paraguas, de mis tendones, con sus osis y sus itis, de la gimnasia, de la rehabilitación, de los imprevistos, del photoshop y de mí mismo hasta la cúspide. Necesito tiempo. Tiempo. Tiempooo, Tiempoooooooo.

No Surrender



Un político no puede decir eso.




Tú y yo, ciudadanos de a pie, podemos pensar y decir en nuestro pequeño mundo lo que nos dé la gana. Pero un político profesional, un personaje público al que oyen millones de personas, debe tener cuidado con lo que dice porque puede arrastrar, detrás de una estupidez pronunciada en público, a muchas personas que puede que (se) hagan daño con eso. Por ejemplo, un personaje supuestamente responsable en su partido, como el señor González Pons, no puede decir que cualquier votante del PSOE es un idiota. Pone con ello el nivel de los políticos en un grado tan bajo que produce rubor y vergüenza. Convierte a sus votantes en unos ordinarios, porque ya hay que serlo para votar a un personaje tan soez y desvergonzado como este. Y se autocalifica como no demócrata y cercano al totalitarismo y al fascismo. Personajes como este González Pons no deberían existir en el ámbito político. Debería, también, pedir perdón a todos los españoles por sus bajezas públicas.

viernes, 21 de octubre de 2011

Pedir perdón





He oído a Esperanza Aguirre quitar mezquinamente importancia al comunicado de ETA y decir que lo que tiene que hacer la banda es pedir perdón a las víctimas. No expresó ningún reconocimiento al adversario, como si su mente, siempre tan escasa de humanidad, no se lo permitiera.

Ocurre que cuando alguien quiere pedir perdón, lo pide. Obligarle a alguien a que pida perdón, cuando no sale de él espontáneamente hacerlo, es un sinsentido estúpido, propio de quien habla sin pensar y de quien trata a los ciudadanos de arriba a abajo. Pedirán perdón, si quieren hacerlo y si lo sienten. Si no, la exigencia de Aguirre parece más propia de la necesidad de venganza que de una justicia limpia. Y si no piden perdón, pues será un dato más que habrá que evaluar y que habrá que confrontar con la generosidad que expresen las víctimas.

En todo caso, Sra. Aguirre, si se pone usted en ese plan, no le extrañe que alguno de los afectados por sus recortes y por su pésima política educativa, le exija a usted también que pida perdón a todas las víctimas, sean alumnos, profesores, padres y ciudadanos. ¿O cree usted que ninguno de sus actos produce daños? Ya hablaremos de ellos algún día.